Ángeles que cuidan a los pequeños ángeles hospitalizados por Covid-19

Agencia MVT / Mario Vázquez de la torre

Toluca, México a 2 de junio 2020.- Un equipo de experimentadas enfermeras atienden con paciencia y esmero a los bebés que están bajo observación y otro como caso positivo de Covid-19 en las incubadoras de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCIN) del Hospital Materno Perinatal “Monica Pretelini”, mientras tanto, sus madres están hospitalizadas en otras unidades y recibiendo los cuidados necesarios por haber sido diagnosticadas con esta enfermedad que causó la pandemia.

“Es todo un reto trabajar con neonatos, los más pequeños seres indefensos, frágiles y al mismo tiempo verdaderos guerreros que luchan por su vida ante la enfermedad, son personitas que nos dan lecciones de vida, pues a pesar de todos los pronósticos egresan de Ciudados Intensivos y se van con sus familias a seguir creciendo y luchando por vivir”, explica Araceli Andrade Romero, jefa de servicio de Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), ahora nombrada Área Covid Neonatal.

La enfermera con más de 10 años de servicio en el Hospital Mónica Pretelini afirma: “cuando atiendo a un bebé pienso en su mamá que debe estar sufriendo por no tenerlo cerca para amamantarlo, para cargarlo o simplemente verlo crecer. Pienso también que los bebés se siente solos, abandonados en una incubadora que los mantiene calientes pero que no se compara con el abrazo de la madre. Muchas veces siento que son mis hijos que la vida no me dio, pues solo tuve uno, pero creo que ellos son parte mi vida por lo menos mientras están a mi cuidado”.

Una enfermera atiende a un bebé en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Materno Perinatal Monica Pretelini de Toluca. Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre.

Araceli Andrade reconoce que la pandemia de Covid-19 provocó un cambio en su vida profesional y personal ya que “es un cúmulo de sentimientos buenos y malos, pasar de una vida relativamente rutinaria a un cambio total por el distanciamiento social, el miedo de no saber cómo cuidar a los bebés sin contagiarme o de llevar el virus a mi casa. El enojo al saber que las personas, por su ignorancia, son capaces de agredir a quien los pueden cuidar, o de salir sin importar su salud”.

“La enfermería es una profesión, no somos las ayudantes de los médicos, somos el corazón de un hospital”.

Diana Carranza Orozco, enfermera de la UCIN

En la unidad de Cuidados Intensivos Neonatales trabajan cinco enfermeras y una técnico en inhaloterapia, usan su equipo de bioseguridad completo, trajes tayvek, bata quirúrgica, guantes, goggles, careta y mascarilla N95. Es un área amplia y de aspecto moderno, la luz de la mañana entra por unos grandes ventanales y tiene una temperatura cálida, el sonido constante de los monitores genera un ambiente hospitalario.

Dentro de las incubadoras hay tres pequeños niños de apenas días u horas de haber nacido, las enfermeras los atienden con esmero, los limpian, acomodan los minúsculos cojines, regulan el goteo de las soluciones intravenosas y la cantidad de oxígeno, ajustan los múltiples cables que tienen conectados al cuerpo que a su vez mandan información a los monitores.

Los neonatos además de haber nacido de manera prematura y presentar algún anomalía o enfermedad, están en observación por haber estado expuestos, sin medidas de precaución sanitaria, con su madre diagnosticada como caso positivo a Covid-19.

En un cubículo, con un letrero que dice “Código Lila” a la entrada, esta un bebé dentro de la incubadora, aislado de los demás porque su diagnóstico es positivo a Covid-19. Una enfermera le da los mismos cuidados que a los otros infantes pero su apariencia es distinta, se ve más decaido, se mueve menos, incluso, parece que respira distinto.

Un bebé bajo observación por Covid-19 es alimentado por una enfermera con leche materna. Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre

“Trabajar con bebés tiene mucha complejidad, pues al ser tan pequeños los hace más vulnerables, indefensos, no tienen ninguna manera de comunicar su dolor o alguna molestia que tengan, por lo que esto lo hace mucho más difícil. Al paso de los años aprendemos a conocerlos, a ver ciertas características o signos que presentan para ver si están evolucionando bien o no. Es todo un arte trabajar con bebés que al paso de los años los vez como si fueran tus hijos, aprendes hablarles con amor para que alcancen una pronta recuperación”, señala la enfermera Mayela Amado Lara.

El teléfono suena en el modulo de control central de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales ó Área Covid Neonatal, las enfermeras reciben la alerta de la próxima llegada de una bebé prematura que nació de manera fortuita durante la madrugada en su casa; su mamá con Covid-19 fue trasladada en ambulancia y ya está en el área de aislamiento, pero la niña permaneció algunas horas en un centro de salud para ser estabilizada. El equipo médico y de enfermería prepara con urgencia todo el equipo necesario para recibirla.

La Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales es un espacio que cuenta con equipamiento moderno para atender casos de neonatos graves. Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre.

Madres diagnosticadas con Covid-19

En el tercer piso del Hospital Materno Perinatal esta el área Covid para las mujeres que acababan de dar a luz a sus hijos, ahí María Teresa es la enfermera que atiende a dos mujeres que se encuentran en cubículos asilados, por la madrugada recibió a Janeth que tuvo el parto en su domiclio. Se encuentra estable, conectada a un monitor que da la lectura de su frecuencia cardiaca, tensión arterial y saturación de oxígeno en sangre.

Janeth, diagnosticada con Covid-19, fue hospitalizada luego de dar a luz a su bebé de manera fortuita en su domicilio. Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre.

En otro cubículo está Josefina, originaria de Ecatepec que dio a luz a un varón la noche anterior, María Teresa le avisa que es hora de alimentar a su hijo; le instruye como sanitizarse las manos con gel antibacterial así como los pechos con una solución antiséptica, le pide que se acomode cubriendo nariz y boca la mascarilla N95 y se coloque la careta de acrilico que en la frente lleva la leyenda “Fuerza México”. Saca al bebé de una incubadora que permanece en el mismo cuarto y lo coloca sobre la cama para checar su temperatura y signos vitales. Entrega el bebé a su madre a quien indica como sostenerlo mientras lo amamanta y aprovecha para regular la frecuencia en que se suministra la solución intravenosa.

La doctora Magali Rosas Rosales, Asesora Certificada en Lactancia Materna y Docente de Postgrado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), explica que no se ha documentado un solo caso de transmisión vertical de Covid-19, es decir, que una madre no infecta a su hijo de manera congénita (antes del nacimiento) o perinatal (durante el parto), el contagio se da por los aerosoles generados en la tos o el estornudo.

“El parto vaginal, pinzamiento tardío del cordón umbilical, apego inmediato al nacimiento piel a piel, como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la lactancia materna estan completamente indicados aunque la madre sea positivo a Covid-19. Esta comprobado que no hay transmisión por la leche materna que contiene inmunoglobulinas y nutrientes que actúan como las primeras vacunas para el neonato”, señala la especialista.

“Es muy importante la higiene de manos y superficies de contacto con la boca del bebé así como el uso de cubrebocas y tener cuidado de no toser de frente al recién nacido, si esto ocurre, la madre deberá dejar a bebé, lavarse las manos, cambiarse el cubrebocas y puede retomar la lactancia siguiendo todo el protocolo de higiene”, detalla la doctora Rosas Rosales.

Maria Teresa, es enfermera del turno nocturno en el área Covid maternal del Hospital Monica Pretelini de Toluca. Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre.

Llega una paciente a la UCIN

A la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales llega la paciente que estaban esperando, es una niña prematura que ingresa en una incubadora conectada a un tanque de oxígeno y que es llevada por dos paramédicos; un médico pediatra le expllica la condición clínica al doctor de guardia en la UCIN que se hará cargo de la atención de la pequeña.

Una bebé nacida en su domicilio, es recibida por el personal médico de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre.

El equipo de enfermeras trabaja en perfecta sincronía, todas saben que hacer y en pocos minutos la pequeña paciente ya fue valorada, saben su peso y su talla, esta conectada al monitor y recibe oxígeno, le tomaron muestras de sangre y contenido gástrico, su condición no es grave pero estará siendo observada, el médico ordena que le retiren una sonda y descarta la necesidad de utilizar un ventilador mecánico que había sido preparado por Sonia González, técnico en inhaloterapia.

“Ser enfermera es para mí una forma de manifestar mis sentimientos de amor, empatía a las personas más vulnerables, soy una mujer a la que le cuesta mucho decirle a los demás que los quiero así que una forma es brindando mi cuidado. La mayor satisfacción de mi trabajo es ver que los bebés son dados de alta, ver que a pesar del dolor, la angustia y la incertidumbre ellos se aferran a la vida. Se que tal vez no los vuelva a ver pero me satisface saber que por unas horas yo lo cuide”, afirma Araceli Andrade Romero, jefa de la UCIN.

Mientras tanto, la enfermera Mayela Amado Lara comenta: “en lo particular no tengo miedo a contagiarme de Covid-19, amo mi profesión y es algo que me toco vivir, lo que sí me da miedo es contagiar a alguien de mi familia, es mi mayor temor, por lo que si tomo muchas medias al respecto. Llego al trabajo en ropa de civil, me coloco el uniforme quirúrgico, mi equipo de protección personal y entró al servicio, al salir me retiro el equipo con mucho cuidado, nos colocamos cloro en la suela de los zapatos y nos hacemos un lavado de manos, posteriormente me doy un baño y al llegar a casa meto mi uniforme en agua caliente y jabón, dejo afuera mis zapatos que me llevó al hospital y no saludo a mi familia sin antes volverme a meter a bañar”.

“La pandemia por Covid-19 provocó un giro radical, tanto en mi vida profesional como en lo personal, nada se compara a lo que era antes. En cuestión profesional cambiaron las cosas, empezando desde portar nuestro uniforme blanco en la calle, ya no puedo hacerlo por temor a las agresiones que se han venido dando a lo largo de esta pandemia, por otro lado, ya no puedo abrazar a mis compañeros de trabajo ni reunirme con ellos, no puedo ir a una sección clínica y tampoco puedo tomar ningún alimento ni ir al baño por que tengo el equipo de bioseguridad; vaya que si a sido un cambio drástico. En cuestión personal creo que lo que más extraño es no poder convivir con amigos y familiares, no poder salir de casa ha sido algo mucho muy difícil para mí”, agrega.

Al peguntarle a Mayela que le diría a quienes no cree en esta enfermedad, ella responde: “Ijole es un punto muy difícil porque de antemano sabes que estamos en México y que la sociedad, nuestro entorno, nuestra cultura es muy baja, y el poder hacer entender a la gente es un tanto difícil, pero solo les diría que se cuiden que no es un truco del gobierno, que no es broma, que si tan sólo tuvieran la oportunidad de ver como sufren los pacientes que tienen esta enfermedad del Covid-19 y como sufrimos nosotros como personal de salud por las heridas que nos causa el portar nuestro equipo de seguridad personal entenderían muchas cosas y yo creo que harían caso a las recomendaciones que se les hace. En lo particular siento que es muy difícil hacerlos cambiar de opinión y lo peor es que piensen que nosotros como personal de salud los podemos contagiar”.

El equipo de enfermería en el turno matutino de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Materno Perinatal Monica Pretelini esta conformado por Araceli Andrade Romero, Mei-Li Izquierdo Camarena, Rosario Cuarto De Sales, Sonia González, Diana Carranza Orozco y Mayela Amado Lara. Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre.

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