Sin sentido

Sin sentido

Por: José Contreras Contreras

El extraviado PRD

 

El Partido de la Revolución Democrática llegó a donde no debería llegar: al juego de la democracia. Todo pintaba bien para los del sol azteca, hasta antes de que se les ocurriera entrar en una confrontación directa, de fuerza contra fuerza, en la que seguramente los más perjudicados serán los mismos militantes perredistas.

El martes, muy a la callada, el diputado local Javier Salinas Narváez acudió a su Comité Ejecutivo Nacional del PRD, en la Ciudad de México, a solicitar su registro como aspirante a la gubernatura del Estado de México.

El jueves, fiel a la costumbre ancestral de los políticos de viejo cuño, Juan Zepeda Hernández, también diputado local, organizó un “acarreo” de más de 10 mil de sus seguidores para ir a la sede nacional del PRD a demandar que se le considere como candidato al Gobierno del Estado de México.

Las fuerzas y las condiciones no fueron iguales, pues mientras a Javier Salinas se le dejó más solo que un caracol de panteón, a Juan Zepeda se le puso a los pies toda la estructura perredista, gente, camiones, aguas, lonches y todo lo necesario para movilizar a cientos al registro de quien ya mencionan algunos como #LordCarteleras, por aquello de su proclividad al uso de espectaculares para meterse en la conciencia de los mexiquenses.

A Salinas no lo acompañó nadie, al menos de su dirigencia estatal, quizá estaban muy ocupados en otros menesteres, pero a Juan Zepeda sí lo respaldaron hasta los que no lo pueden ver ni en pintura.

Pero, como dicen por ahí, “ya éramos muchos y parió la abuela”. Porque no son todos, todavía falta por lo menos uno. Se trata del alcalde de Capulhuac, Eduardo Neri, quien no renuncia a sus deseos de obtener la candidatura del PRD y buscar la gubernatura mexiquense.

Este último personaje representa un doble factor de rompimiento para la estructura perredista. Primero, porque se trata de alguien del Valle de Toluca, a lo que no están acostumbrados los altos mandos del partido del sol azteca, dado que suponen que su fuerza electoral está en la zona oriente de la entidad, en municipios como Nezahualcóyotl, Chalco, Ixtapaluca, e incluso Ecatepec, pero nunca de este lado de La Marquesa.

Además, Neri Rodríguez representa la oposición dentro de la oposición, pues, en contra de toda costumbre perredista, pertenece a la corriente política mayoritaria, conocida como ADN, de la cual también forma parte Juan Zepeda. Es decir, su ánimo electoral también rompería la supuesta unidad de su corriente política y sería tanto o más que revelarse a los designios, otrora sagrados, de la familia Bautista, la cual se cree con los derechos reservados sobre todo lo que pasa o acontece en el PRD del Estado de México.

Es decir, de proceder las tres candidaturas: Salinas, Zepeda y Neri, el PRD llegaría al proceso interno partido en tres, básicamente roto desde su raíz, con una división palpable en su principal corriente política, ADN, donde tampoco fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre a quién impulsar.

Peor aún, el PRD quiere jugar a la democracia, en una elección de candidato de puertas abiertas; es decir, en la que podrían votar todos los ciudadanos interesados, sin importar si son o no miembros activos o por lo menos simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática.

De concretarse esa vía, podrán entonces los precandidatos, los tres, movilizar mexiquenses de cualquier color, incluso a los miles que no tienen ninguna militancia política, con lo que el proceso interno de selección de candidato del PRD podría ser definido por cualquiera, menos por los propios perredistas.

Así el panorama para el PRD, donde además persiste una diferencia clara entre su dirigente nacional, Alejandra Barrales Magdaleno, con su dirigente estatal, Omar Ortega Álvarez, pues mientras la primera no cede en su intento por unir a su partido político con la derecha tradicional de Acción Nacional, el diputado federal mexiquense que administra al PRD en el Estado de México insiste en que solos o únicamente con los partidos de izquierda serán capaces de ganar la próxima elección local del Estado de México.

Un disperso perredismo es el que llega a encarar la próxima elección mexiquense, en la cual el pronóstico más halagador para su futuro es terminar como cuarta fuerza política de la entidad, detrás del PRI, PAN y Morena, tal vez en ese preciso orden.

Viernes 19 de Abril del 2024 3:50 am