TOLUCA, México, 9 de Oct.- Un regidor y dos policías podrían ser señalados como los autores intelectuales del «levantón» y ejecución del presidente municipal de Zacualpan, quienes ya se encuentran en el Centro de Arraigos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México.\r\nEl regidor, que sólo fue identificado como «El Rábano», habría sido el responsable de que José Eduviges Nava Altamirano, ex presidente municipal de Zacualpan, acudiera el pasado 19 de agosto a la comunidad «El Despoblado», donde fue sorprendido por un comando de hombres armados que lo «levantaron» y luego presumiblemente lo ejecutaron a golpes.\r\nEl regidor de Zacualpan y los dos policías municipales también serán responsabilizados de la muerte de José Alberto López Sámano, de 22 años de edad, policía municipal de Zacualpan, quien desempeñaba labores de guardaespaldas con el munícipe y trató de impedir su captura, lo que le costó la vida.\r\nEl cuerpo del alcalde de Zacualpan, Estado de México, José Eduviges Nava Altamirano, fue localizado al día siguiente del «levantón», el 20 de agosto, por policías del estado de Guerrero en las inmediaciones de la comunidad El Pochote, camino hacia la comunidad de Ixcapuzalco, en el municipio de Pedro Ascencio Alquisiras, estado de Guerrero.\r\nDe acuerdo con las averiguaciones, el presidente municipal de Zacualpan, José Eduviges Nava Altamirano acudió a la comunidad de «El despoblado» porque su regidor lo engañó acerca de que esa localidad se encontraba sin energía eléctrica desde la noche anterior, debido a que un transformador se había quemado cuando recibió un rayo.\r\nSin embargo, todo se trató de una maniobra para «poner» al munícipe en manos de un grupo delictivo presuntamente vinculado con La Familia Michoacana que desde semanas atrás operaba abiertamente en la sierra de Zacualpan, con quienes se negó a entablar cualquier relación el ex presidente municipal.\r\nEl presidente municipal de Zacualpan habría reportado la presencia del grupo delictivo directamente al Procurador General de Justicia del Estado de México, Alfredo Castillo Cervantes, quien no le hizo mayor caso y solamente le ofreció reunirse para tratar el tema, lo cual ya no fue posible porque antes «levantaron» y mataron a Nava Altamirano.