Agencia MVT / Mónica Elizama Ruiz Torres
Resultado de la pandemia de COVID-19 que hemos sufrido desde hace un par de años, el tema del acceso a las telecomunicaciones y la digitalización de los sectores vulnerables ha cobrado fuerza, y es que hoy en día, el internet se ha posicionado como un servicio básico, puesto que, está presente en todos los aspectos de la vida diaria, como realizar compras, tener citas, conocer gente, visitar lugares, estudiar, trabajar, y muchos más. Esta nueva realidad, que involucra lo digital como parte de nuestra cultura, cuando se vive en zonas urbanas se asume como normal y lógico, pero ¿qué ocurre en zonas rurales donde los accesos a las telecomunicaciones son escasos?
México le entro tarde a las reformas de telecomunicaciones, y aunque desde el año 2013 a la fecha se ha avanzado a pasos agigantados en cuanto a cobertura, disminución de precios y accesibilidad de equipos, hay autores que consideran que seguimos menos desarrollados en comparación con otros países latinoamericanos, y muestra de ello es la diferencia tan notoria de conectividad entre zonas urbanas y rurales mexicanas, tan solo en el 2017 la tasa de adopción de internet en zonas urbanas fue de 71.2%, en contraste con el 39.2% en zonas rurales[1]. Eliminar esta brecha digital no solo implica invertir en infraestructura, sino que habrá que crear estrategias educativas para disminuir las barreras digitales.
Pero, ¿porqué es importante disminuir la brecha digital?
Porque al incluir tecnologías de información y comunicación (TIC’s) se puede tener un mayor control sobre la producción agropecuaria y de esta forma mejorar su rentabilidad, por ejemplo, en países desarrollados el uso de aplicaciones de teléfonos inteligentes relacionadas con la observación de la salud animal y el manejo de la reproducción han demostrado ser muy útiles para el monitoreo diario de granjas de leche[2].
En zonas rurales mexicanas, el uso de teléfonos inteligentes por parte de los productores agropecuarios se ve influenciado por la edad y el nivel de escolaridad. Estos factores son decisivos, puesto que a mayor edad y menor nivel de escolaridad la percepción que los productores tienen sobre el uso de aplicaciones digitales se enfoca en la dificultad, lo que desmotiva su uso. Adicional, son estos mismos productores los que presentan mayor resistencia para la adopción de nuevas tecnologías que pudieran contribuir a mejorar la rentabilidad del sistema agropecuario.
Sin lugar a dudas, la inclusión de TIC´s en el campo mexicano podría ayudar a desarrollar este sector, es por ello que, los creadores de políticas públicas tendrían que poner más atención en el diseño de estrategias de capacitación hacia los productores para el uso correcto de herramientas digitales y de esta forma motivar su adopción.
Mónica Elizama Ruiz Torres, Doctora en Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales
Correo electrónico: monica.ruiz.torres24@gmail.com
Bibliografía:
[1] Martínez-Domínguez, M. and Mora-Rivera, J. 2020. Internet adoption and usage pattern in rural Mexico. Technology in society. 60, 101226. https://doi.org/10.1016/j.techsoc.2019.101226
[2] Michels, M., Bonke, V. and Musshoff, O. 2019. Understanding the adoption of smartphone apps in dairy herd management. Journal of Dairy Science. 102 (10). https://doi.org/10.3168/jds.2019-16489