Agencia MVT / Opinión
Enero 31, 2022.- Después de mantener un mes secuestrado el Paquete Fiscal 2022 Edoméx, que contiene, entre otras cosas, el Presupuesto de Egresos y el Presupuesto de Ingresos para el año que ya corre, los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se dignaron en aprobarlo la tarde del sábado dejando de manifiesto que para esa mayoría legislativa la política está muy por encima del bienestar social y económico de una entidad de 18 millones de habitantes que tuvo que paralizarse un mes, nada más por sus gustos.
Y es que el Paquete Fiscal se ha convertido en los últimos dos años en un botín eminentemente político, cuando en realidad se trata de un asunto financiero que debería resolverse conforme a la ley y alejado de posiciones radicales como las que han dominado en esa discusión que anualmente debe registrarse en la Cámara de Diputados para armar un presupuesto que sea suficiente para atender las necesidades más importantes de la población mexiquense.
En palabras simples y llanas el Presupuesto de Egresos es el que indica cuánto tendrá a disposición cada órgano de la administración pública estatal y los 125 municipios de la entidad para llevar a cabo obras y programas de desarrollo que atiendan las necesidades de la población y, al mismo tiempo, generen empleos y dinamicen las economías locales y regionales a favor de la población.
En tanto el Presupuesto de Ingresos es el parámetro de lo que el Estado de México y sus 125 municipios podrán recibir a partir de los recursos federales que le corresponden del llamado Pacto Fiscal y de los ingresos propios que se cobran por impuestos como predial, servicio de agua potable, derechos y cobros de algunos servicios como la expedición de licencias, refrendos y tenencia vehicular.
Es decir, el trabajo de los diputados sería específicamente garantizar el equilibrio entre los recursos disponibles y aquellos que se deben invertir para generar economía y, al mismo tiempo, responde a las necesidades de la población.
Sin embargo, en los últimos tiempos esa obligación de las y los diputados se ha convertido en una especie de “cena de negros” en la que se utilizan todos los argumentos al alcance para presionar a la autoridad estatal para que se gaste o no en aquello que les interesa apoyar a determinado grupo de legisladores.
Desde la Legislatura anterior en la que el Movimiento de Regeneración Nacional fue mayoría por primera ocasión en su historia, se hicieron a la idea que la aprobación de los presupuestos de Egresos e Ingresos era la mejor forma de “control” que podrían ejercer en contra del Poder Ejecutivo estatal para convertirlo en rehén de sus decisiones.
El marcar una especie de “aquí haces lo que yo ordeno y lo ordeno porque así lo quiero”, se ha convertido para los diputados de Morena, encabezados por Maurilio Hernández González, como la mejor “moneda de cambio” para el ejercicio político.
Aunque ellos juran y perjuran que los diputados de Morena erradicaron la vieja práctica de “convencer” a los legisladores con dádivas o dinero, lo cierto es que ni han demostrado ser verdaderamente tan honestos e incorruptibles, y mucho menos que su postura sea tan constructiva en beneficio de los mexiquenses.
Poco se ha dicho de los efectos negativos del retraso en la aprobación del Paquete Fiscal 2022 Edoméx, y aunque algunos pretenden minimizarlo, lo cierto es que se ha causado un grave daño económico al Estado de México por esa postura que llevó a un “estira y afloja” de casi un mes.
Se diga lo que se diga, mientras no se aprueben los presupuestos, los 125 municipios de la entidad no pueden comenzar a trabajar, pues al 80 por ciento de ellos les dejaron las arcas vacías o semivacías en el cambio de administraciones municipales, y para hacer obras o poner en práctica programas sociales lo primero que necesitan es dinero, y la no aprobación del Paquete Fiscal significó un retraso de por lo menos 30 días en el inicio de las actividades en ese nivel de la administración pública.
Este lunes se tendría que haber pagado ya la segunda quincena del año a los empleados de los 125 municipios de la entidad, y no será así porque las administraciones municipales –en su mayoría—no tienen dinero para hacerlo, y no tienen porque los hampones de sus predecesores, sobre todo de Morena, no fueron capaces siquiera de respetar el dinero que debería ser sagrado del llamado Capítulo 1000, salarios, y prefirieron “invertirlo” en sus propias campañas.
Si a eso se le suma que los señores diputados y señoras diputadas de Morena mantuvieron el Paquete Fiscal 2022 secuestrado por casi un mes, pues ahí está la explicación al rezago en el que ya cayeron los municipios mexiquenses al inicio de las actuales administraciones.
Entonces, ¿quién ganó y quién perdió con la estrategia de retrasar la aprobación de lo que se recibe y lo que se gasta en el Estado de México?
En realidad, nadie. El señor Maurilio Hernández González mostró nuevamente que cada vez tiene menos control sobre los diputados que dice “coordinar”; el gobierno estatal observó a propios y extraños que ya no es dueño de las decisiones y por lo tanto depende de su poca o nula capacidad de negociación; los alcaldes confirmaron que son malos para generar recursos propios, y los únicos sacrificados son, como siempre, 18 millones de mujeres y hombres que viven en territorio mexiquense y que se quedan siempre en medio de quienes se supone tienen la obligación de trabajar a su servicio y no, como hasta ahora ocurre, en defensa de sus intereses personales y de grupo.
Lamentable.
