TOLUCA, México, 30 de Dic.- Nacieron en un mundo fantástico donde asumen formas extraordinarias, texturas escamosas y colores vibrantes. A pesar de su aparente monstruosidad, los alebrijes no causan miedo, sino curiosidad pues su apariencia pugna entre lo real y lo ficticio, y gracias a su magia trasladan al espectador a una dimensión surrealista donde se rompen todas las reglas de la creación.\rUna excelente muestra de alebrijes es parte del acervo de «Galeana 100» Museo del Alma Artesanal. Exhibidos en forma permanente, veinte de estos extraordinarios seres dan la bienvenida en la primera sala dedicada a las artesanías mexicanas.\rPrecedidos por una escultura que rinde homenaje a los artesanos mexicanos, los alebrijes despliegan de un solo golpe ante el visitante la fastuosidad, originalidad, elegancia de su forma y maestría de los artesanos cartoneros que los dotaron de vida y movimiento, recreando su fantástico vuelo.\rSon en total veinte alebrijes de diversos tamaños y formas, todos obra de la reconocida familia Linares del Distrito Federal. \rEl administrador del museo, Francisco Durán Álvarez, explica que los alebrijes nacieron en los sueños del artesano cartonero Pedro Linares, quien en una larga noche de grave enfermedad, vio surgir de un extraño bosque a inverosímiles criaturas que en su cuerpo renuían elementos de animales distintos, pues además de tener alas, colmillos, cuernos, colas y enormes fauces, poseían diversos colores, todos vibrantes y llamativos. Incluso, en medio de su delirio, el artesano cartonero escuchó que a gritos, estos seres le dieron a conocer su nombre: alebrijes.\rAl reponerse, con mucha paciencia y meticulosidad fue dando forma a estas criaturas, lo que luego se transformó en un arte que se transmitió a los demás integrantes de la familia; sus hijos y nietos, a lo largo de los años, se han dado a la tarea de continuar creando estos maravillosos y extraños seres que también reflejan muchos de los sentimientos y emociones del ser humano: son alegres, feroces, irónicos, arbritrarios e incluso un poco despiadados o festivos.\rExplica que la cartonería es una técnica muy utilizada en la elaboración de los famosos Judas que se queman al término de la Semana Santa. A partir de una estructura de alambre y utilizando papel y cartón modelados, se da forma a cada alebrije que, según la creatividad e ingenio del artesano, termina por adquirir distintos acabados, así como originales y únicas combinaciones de formas, texturas y colores. \rEn la colección, propiedad del doctor Gregorio Valner Onjas, destacan por su tamaño dos enormes alebrijes. Uno, que representa a un bicéfalo con una cabeza de león y otra de serpiente, mide 4.30 metros de longitud, siendo uno de los más largos del país.\rEn una esquina también llama la atención un colorido dragón que se encuentra de pie, desplegando sus alas multicolores para iniciar el vuelo, con las fauces abiertas y con grandes patas escamadas. Éste también es uno de los más altos de México, pues mide 2.30 metros.\rAmbos custodian a otras 18 figuras de cartón multicolores dipuestas hábilmente para hacer gala de sus alas, largas colas, texturas y formas singulares que fusionan elementos de aves, reptiles, mamíferos e incluso de imaginarios peces.