José Contreras Contreras\r\n\r\nTOLUCA, México, 17 de Oct.- El librero y editor Miguel Ángel Porrúa Venero, aseguró que las nuevas tecnologías, como el internet, deben contribuir a la difusión de la literatura pero nunca verse como el fin de los textos impresos que guardan y promueven el conocimiento.\r\nPorrúa Venero dictó una conferencia en el Colegio Mexiquense, en la que habló de las nuevas tecnologías, las cuales, dijo, propician la primacía de la imagen sobre la palabra.\r\nMencionó que estas tecnologías son amenazantes porque no dan paso al humanismo y, aunque consideró que no son negativas, se requiere de un mejor aprovechamiento de ellas. \r\nDijo que el verdadero editor es un profesional de la palabra escrita, un espécimen que esta por desaparecer y que, difícilmente, se compara con los productores de medios digitales, quienes no cuentan con la formación necesaria para emitir un mensaje correctamente elaborado y escrito.\r\nCon respecto a la industria editorial en el mercado hispanoparlante, mencionó que entre 1940 y 1970 México y Argentina se distinguieron como los líderes del mercado editorial, publicando el 75 por ciento de los libros en castellano; sin embargo, para 1990 España fue aumentando su producción. \r\nConsideró que esta hecatombe editorial latinoamericana tiene sus raíces en las crisis políticas y económicas de la región, las cuales afectaron a los estratos medios quienes son los proclives a la lectura.\r\nAñadió que también los regímenes militares restringieron la labor editorial y exiliaron a algunos editores y promotores culturales, lo que devino en una ausencia de políticas culturales.\r\nSe refirió a que el principal problema de distribución es que no se tiene una política igualitaria en Latinoamérica, por lo que se debe luchar por una política integral que venga de un acuerdo entre los países que homologue las disposiciones jurídicas en materia de cultura. \r\nFinalmente hizo una reflexión en torno al proceso de aparición del libro en México y a la caída de la producción editorial en el país, concluyó que los libros siempre estarán por encima de las circunstancias.\r\n