TOLUCA, México, 25 de Oct.- Juana Morán Samaniego, de la Jefatura Clínica de Pediatría del Hospital de Gineco Obstetricia número 221 de la Delegación Estado de México Poniente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que el desarrollo psicomotor es un proceso de desarrollo continuo de aprendizaje, mediante el cual los niños logran sus óptimas capacidades en respuesta a los estímulos que se generan en su medio ambiente.\r\n»A lo largo de los primeros 18 meses de vida de un bebé, las madres deben notar lo siguientes cambios conforme el pequeño va creciendo y desarrollando sus diferentes capacidades: al mes de nacido comienza a levantar la cabeza con pequeñas dificultades, pero al segundo mes ya levanta su cabecita y el tórax», abundó.\r\n»Al tercer mes de desarrollo el pequeño intenta alcanzar objetos pero no siempre lo logra, mientras que en el cuarto mes se logra sentar con apoyo de alguien, y al mes siguiente ya puede lograr tomar objetos, las mamás tienen que estar muy al pendientes de ello», dijo.\r\nAl medio año de nacido el pequeño ya se sienta con facilidad en una silla alta y puede tomar y jugar con objetos colgantes, y del paso del séptimo al octavo mes se observa una transición entre el poder sentarse con apoyo de algún adulto y cuando ya puede hacerlo por sí mismo.\r\nLo ideal es que a los nueve meses de edad el bebé se arrastre sobre su abdomen y que logre levantarse sosteniéndose de algún mueble. Es importante tener especial cuidado con este hecho, pues los pequeños pueden llegar a ?tambalearse? y caer o golpearse contra el mueble del cual se apoyan.\r\nCuando el bebé comienza a gatear sobre las manos y rodillas se le puede ir sosteniendo con ambas manos para que siga caminando es indicativo de que se encuentra muy cerca de cumplir un año de edad o ya lo rebasa. Y al año y medio de nacido el bebé se mueve por sí solo, sube y baja escaleras, camina por sí mismo.\r\nLa mayoría de los bebés en general se desarrollan con esas características, es importante la vigilancia de los padres o de quien se encuentre al cuidado del pequeño, en todo momento para evitar alguna lesión. Si los padres notan alguna señal de alerta en el desarrollo de su hijo no deben dudar acudir a su Unidad de Medicina Familiar de adscripción para que el médico valore la situación del menor y brindarle un tratamiento oportuno.