Toluca, Méx., 15 de julio de 2008.- De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) la mayor tasa de mortalidad materna en todo el país la registra la entidad mexiquense, lo que demuestra que las políticas ejecutadas no responden positivamente. \r\nLos municipios con tasas mayores de muerte materna son Ixtlahuaca, Naucalpan, Ecatepec, y Netzahualcóyotl, así como en la región mazahua del norte de la entidad\r\nCabe destacar que la incidencia esta en mujeres jóvenes y las principales razones fueron la preeclampsia-eclampsia y las hemorragias obstétricas.\r\nDicho problema aumenta gracias a la falta de atención médica, así como de un traslado efectivo en situaciones de emergencia obstétrica a centros de salud con capacidad resolutiva.\r\nAdemás de la poca educación que recibieron las personas acerca de aspectos de sanidad y de acceso a los servicios de salud, pero también se ven afectados por la pobreza y las carencias nutricionales. \r\nDe acuerdo a dichos estudios se dio a conocer que la muerte materna es mayor en la clase obrera y se asocia tanto con bajos niveles educativos como de ingresos económicos.\r\nAdemás se tiene registro de que la mortalidad en mujeres embarazadas va en aumento en grupos indígenas, mientras que los determinantes de las altas tasas de dicho problema incluyen mecanismos políticos, geográficos y económicos de exclusión del sector femenino. \r\nLo anterior afecta a una amplia mayoría de población en los países en desarrollo, como es el caso de México.\r\nPese a los avances registrados a la fecha, las tasas de muerte materna se mantienen, de tal modo, que los institutos de salud pública requieren elevar el desempeño del personal de salud, en especial del médico que tiene contacto directo con la paciente obstétrica, así como optimizar el servicio, acceso a bancos de sangre, servicios de transfusión y fomentar la promoción de la salud.\r\n