Agencia MVT / Libertad Trinidad
TOLUCA, México, 30 de Octubre del 2017.- Felipe Calzada Galicia, panadero desde hace 48 años, es propietario de El Cóporo, ubicada en la calle de Lerdo, en donde junto con sus hermanos amasó su pequeña fortuna. Una panadería de fachada azul está inmersa en una urbe que no decide ser cosmopolita del todo.
No se trata de riqueza económica sino de la posibilidad de convertir harina, huevo, leche y nata en una combinación de sabores exquisitos que permiten a las familias toluqueñas incluir en su ofrenda un pan de muerto u hojaldra tradicional de la capital del Estado de México.
Platicó que la venta en esta temporada es de hasta mil 200 o mil 500 por día, sólo que comienza con su elaboración 10 días antes de noviembre, pues muchos ciudadanos piden que adelante la producción.
“No hemos querido caer en lo que hacen los centros comerciales porque nos lleva a perder muchas fiestas y tradiciones, si se dan cuenta, desde el mes de septiembre sacan cosas decembrinas e incluso casi olvidan el pan de muerto”.
En esta panadería utilizan todo un proceso natural, a diferencia de otras panaderías en donde todo es pre elaborado, lo que facilita la producción, en este sitio que tiene tres pisos y en el último concentra el taller, todo lo que elaboran es “artesanal” como le llaman a cualquier trabajo que conserve la forma original.
“No digo que sea triste el cambio que hay en la forma de trabajar, pero sí que nos acorta la vida, hay cosas que nos permiten recortar los tiempos, pero también perder mucho del sabor o de la calidad”.
Don Felipe hace hasta 100 hojaldras diarias previo al primero y dos de noviembre, son de nata o nuez, tienen los sabores tradicionales del pan de muerto y pretende conservar la tradición de comer pan en esta época en que los mexicanos agregan a sus ofrendas todos los alimentos que en vida buscaban sus seres queridos.
