Agencia MVT / Filiberto Ramos
LERMA, México, 12 de marzo de 2016.- La presencia de granaderos para disuadir a los habitantes de San Francisco Xochicuautla continúa y se amenaza con derribar una capilla que servía como punto de peregrinación, la cual se ubica en la zona de obras donde se pretende pase la autopista a Lerma-Naucalpan.
Desde el lunes por la mañana, al menos 300 granaderos arribaron a lo alto de esta comunidad otomí para resguardar la maquinaria de la constructora HIGA que destruyó una última casa que se ubicaba en la zona de intervención; lo cual se hizo tras desalojar a los dueños de la vivienda y otras 15 personas que se habían resguardado en su interior.
La mañana de este martes, los habitantes levantaron un campamento a un costado de la vivienda destruida y cerraron el acceso de la calle que sube hacia la zona de obras para evitar que personas ajenas accedan.
Desde el 2007, la constructora HIGA ganó una licitación para construir la autopista que pasará en medio de la reserva de Xochicuautla, la cual consideran sagrada y han defendido desde entonces año.
Desde las primeras horas, un grupo de personas se encerraron en la capilla que se ubica en la parte alta del cerro, en paraje conocido como La Cruz, lugar que antes de las obras usaban los de Xochicuautla para rezar en su primer parada antes de caminar hacia La Campana, donde llevaban a cabo su peregrinación.
Las máquinas de la constructora continuaron excavando pese a la presencia de personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos e incluso de la ONU, pero de igual forma los habitantes en resistencia continuaron en la zona.
Hasta el momento, los comuneros informan que no hay diálogo o pagos de las casas que se han derribado, nada ha cambiado y temen que en un momento en que la prensa se aleje las máquinas regresen y derriben su capilla.
