Agencia MVT / Filiberto Ramos
TOLUCA, México, 7 de Mayo del 2017.- En lo que hace años fuera la antigua calle de Belisario Domínguez, en la ex Concha Acústica, marcado con el número 1, está el local conocido como “Garapiñas Lencho”, en honor a su fundador, Eduardo Pérez García, quien comenzó a preparar el siglo pasado las famosas garapiñas, bebida hecha de piña y que desde hace 80 años le da sabor a Toluca.
“En aquellos tiempos, donde está el palacio municipal no lo era, sino la comandancia de la policía, estaba la casa de los Barbabosa, ahí mi padre empezó con el negocio de la garapiña”, rescata de entre sus recuerdos Eduardo Pérez, hijo de don Lencho.
De los pocos negocios que sobreviven al tiempo en el centro de Toluca, el de las garapiñas, llevan su secreto en el sabor de su receta -presume Eduardo-, quien desde chico aprendió la preparación de su padre y desde entonces se dedica al negocio que los ha hecho famosos y reconocidos entre los que disfrutan de su sabor.
La receta no tiene ningún secreto que se pueda esconder, como ingredientes especiales o alguna preparación diferente, sólo el saber machacar la piña y dejarle el tiempo idóneo para la fermentación.
“Hay que saber calcular la fermentación, son unos tres días para dejar que se asiente el sabor de toda la piña completa, con todo y cascara, se cuela y se endulza”, explica Eduardo, que lleva 22 años en el mismo local y a diario recibe a sus clientes que llegan desde todas partes del estado a probar sus garapiñas de a diez pesos.
-¿Cuántas mi joven?
-Dos de a diez jefe, se repiten los diálogos a diario en el local número 1 de la plaza Fray Andrés de Castro, ubicado al lado de los tacos de guisado y las tortas de cinco y diez pesos.
La receta, reveló Eduardo, la trajeron de Cuba en 1935, la aprendieron bien y le dieron su propio toque para crear las garapiñas toluqueñas, que se fermenta en barricas de 30 a 40 litros, donde toma su forma y sabor, que aunque sea engañoso, no embriaga.
“Se confunden mucha gente que viene a comprar pensando que es como el tepache, pero la garapiña no es embriagante, la puedes tomar sin miedo”, precisa el comerciante.
A diario la familia Pérez llega a vender hasta 30 litros de su bebida, a pesar de los años, sus clientes sigue llegando a pedir las de a 10 y 20 pesos, aunque ya hay otros locales que les intentan hacer competencia con otras recetas parecidas.
“Esta es la original y la gente no lo sabe reconocer porque sigue viniendo a probarlas y eso nos da ánimo para continuar”, dice el dueño de “Garapiñas Lencho”, mientras saca una sonrisa detrás de su mostrador, en el que cuelgan los anuncios y caricaturas que dan la bienvenida a los clientes de la famosa bebida hecha en Toluca y un producto que ya es cien por ciento mexicano.
