Conectados y enREDados / ¿Dónde entregas, neni? Las sororas emprendedoras de Internet

Las nenis que desde los tiempos del encierro aumentaron su presencia en redes sociales, en lugar de ser una moda pasajera está en franco crecimiento
Las nenis que desde los tiempos del encierro aumentaron su presencia en redes sociales, en lugar de ser una moda pasajera está en franco crecimiento

Agencia MVT / María del Socorro Castañeda Diaz

Marzo 23, 2022.- Es innegable que los tiempos de la pandemia por COVID-19 han potenciado la presencia de Internet en la vida de las personas que con el encierro aprendieron casi a la fuerza, que la red de redes tiene una variedad prácticamente infinita de usos y utilidades y que, en muchos casos, permite a quienes la emplean realizar actividades que tienen un importante alcance, de tal manera que se convierten en un fenómeno social y cultural.

Es el caso de las “nenis”, que, desde los tiempos del encierro, en el año 2020, aumentaron su presencia en las redes sociales virtuales y convirtieron su quehacer en una manera popular de comercio informal que al parecer, en lugar de ser una moda pasajera, está en franco crecimiento.

La realidad económica que ha traído consigo la pandemia es evidentemente preocupante. El sector servicios se vio seriamente afectado, particularmente el del comercio al por menor, sin contar con que también áreas como el turismo y los servicios sociales se vieron afectados. Son precisamente los rubros citados donde predomina la presencia femenina, lo que implica para ellas un riesgo latente de perder el empleo.

Pero se da el caso de que hay en las mujeres una capacidad de resiliencia importante que permite en muchos casos hacer de la necesidad una virtud, y ante el embate de una crisis severa, muchas decidieron emprender.

El comercio informal no es una novedad. Difícilmente se encuentra una oficina (sobre todo del sector público) donde falte la presencia de las vendedoras que lo mismo ofrecen comida que productos de belleza, bisutería, objetos decorativos, joyería o ropa. Nunca ha habido límite para la oferta y por supuesto, ese giro de economía informal ha ayudado a muchas mujeres a sostener su hogar y en muchos casos, más que un ingreso extra, ha sido la única entrada económica de personas que son cabeza de familia.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentaron esas vendedoras fue ver cómo a causa de la cuarentena se cerraban los espacios públicos donde desarrollaban su actividad. La situación, muy probablemente, fue uno de los detonantes para que, en algún rincón de la red de redes, alguien comenzara a desarrollar su negocio promoviendo sus productos en redes sociales virtuales, particularmente Facebook, pero también en Instagram y whatsapp, lo que implicó la relación directa con la clientela y una manera particular de cerrar el trato.

Difícilmente alguien que frecuente Facebook ignora la dinámica de la compra-venta. Aunque se trata de una manera de comercio digital, tiene sus particularidades porque, por ejemplo, la vendedora se ubica en un lugar público para entregar su mercancía. Así, quien ofrece sus productos tiene la principal ventaja del comercio digital, que es el ahorro en la renta de un local para exhibir sus productos, además de que el modo en que los entrega le evita gastos excesivos para distribuirlos. Por su parte, las compradoras pueden elegir la modalidad de pago, lo que representa una neta ventaja porque en ciertos sectores de la sociedad prevalece la desconfianza hacia el uso en línea de las tarjetas de débito o crédito.

Aunque en algunas publicaciones académicas se ha tratado de explicar que “Neni” es el acrónimo de “Nuevas Emprendedoras de Negocios por Internet” (Hernández et al, 2021)[1], lo cierto es que el concepto tiene en la red una connotación burlona y hace referencia al modo en que las comerciantes se dirigen a sus clientas en redes sociales. Es interesante notar cómo esta relación ocurre exclusivamente entre mujeres, de ahí que el lenguaje utilizado se dedica a las consumidoras, que son generalmente llamadas “nenas” o “nenis” por las vendedoras.

Con la aparición de esta categoría de mujeres comerciantes, surgieron infinidad de memes y comentarios en la red que buscaban ofender y hacer menos su esfuerzo “sin embargo […] el impacto ha sido contrario en dos sentidos: primero, se ha visibilizado de manera masiva la persistente problemática de la precariedad laboral en México, la informalidad, el desempleo y la pobreza laboral, y segundo, las mujeres que se autoemplean en estas dinámicas se han pronunciado para dignificar y valorizar dicha ocupación” (García, 2021)[2].

En un país en el que la desconfianza predomina, sobre todo a causa de factores como la inseguridad, la actividad que las nenis han logrado popularizar resulta todo un fenómeno de sororidad, porque es un hecho que el primer factor que mueve este intercambio comercial es no sólo el apoyo mutuo, sino la confianza recíproca que no es difícil de conseguir y que se manifiesta desde el momento mismo en que la vendedora expone su producto con la certeza de que quien lo adquiera va a pagarlo, y la compradora decide el consumo sabiendo que va a acudir a un lugar sin conocer a la comerciante. Esa confianza que se genera entre desconocidas tiene un solo origen: un sentimiento solidario de apoyo a una persona que ha puesto en marcha un negocio informal por la necesidad de mejorar su situación económica.

Se dice fácil, pero objetivamente no lo es. Las mujeres organizadas en grupos online están marcando más que una moda pasajera, una modalidad nueva de intercambios comerciales entre mujeres.

En este sentido, es importante destacar que en el trabajo de las nenis están incluidos muchos elementos que han salido a la luz a través de investigaciones recientes que la academia ha dedicado al fenómeno, y que solamente pueden comprenderse a partir de un diálogo directo con las protagonistas del fenómeno, tal como lo hicieron las investigadoras.

Así, Hernández et al (2021: 1) destacan cómo a través de las actividades de compra venta, las nenis satisfacen necesidades básicas -y de otra índole-, logran independencia económica, alcanzan metas de superación personal y de empoderamiento “ya que el emprendimiento propio les posibilita autoempleo para trabajar de forma libre sin depender de jefes ni exigencia de jornada laboral y dedicarse al cuidado de su hogar organizando la producción y/o distribución de sus bienes en horarios a conveniencia”.

La resiliencia de las nenis es evidente. La pandemia trajo consigo una situación económica compleja en la que las mujeres tuvieron que hacer frente a un escenario poco halagador. En 2020, sobre todo, los despidos e incluso los cierres de centros de trabajo estuvieron a la orden del día, lo que trajo como consecuencia una imposibilidad de llevar el sustento a casa. Muchas familias tuvieron que enfrentar la enfermedad con una situación laboral precaria o incluso sin contar con un empleo. Otras más no tuvieron tiempo para trabajar porque de repente se enfrentaron a la responsabilidad de cuidar a los hijos que se quedaron en casa durante el encierro obligatorio.

Ante una situación tan compleja, la respuesta femenina se hizo sentir y así comenzó el auge de las nenis, que superaron la prueba y son una manifestación clara de sobrevivencia, a pesar de las críticas más bien clasistas hacia su trabajo y el descontento de quienes las señalan porque consideran que faltan a sus obligaciones fiscales.

No se trata de hacer una apología de la actividad de estas mujeres, sin embargo, el fenómeno es digno de destacar porque refleja una vez más que la red de redes tiene posibilidades infinitas y atraviesa prácticamente todos los espacios de la vida en sociedad. En este caso, permite el desarrollo de actividades comerciales que ayudan a las mujeres en diversos aspectos, además de que amplían las redes sociales reales porque en muchos casos, las compradoras realizan más de una transacción e incluso recomiendan a las vendedoras.

Como sea, es importante profundizar en el tema y reflexionar acerca de la importancia de la sororidad que en este caso, se manifiesta ampliamente frente a una situación adversa que sin embargo, encuentra en la tecnología y en la buena voluntad una respuesta bastante efectiva.

Maria del Socorro Castañeda Díaz, candidata a Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México
Correo electrónico: maria.castaneda.diaz@gmail.com

Referencias

[1] HERNÁNDEZ Ramírez Mireya, Mireya Mojica Hernández y Nadia Itayetzi Gómez Morales. 2021. “Las nuevas emprendedoras de negocios por internet (“nenis”) y su relevancia económica, social y mercadológica en el contexto de la pandemia covid-19 en México”. En Revista de Investigaciones Universidad del Quindio. Vol. 33 Núm. S2. Colombia.

[2] GARCÍA Ana Karen. 2021. Las nenis: autoempleo y comercio digital durante la pandemia. En El Economista. 25 de febrero de 2021. Disponible en https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Las-Nenis-autoempleo-y-comercio-digital-durante-la-pandemia-20210225-0067.html

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