Agencia MVT / José Contreras Contreras
METEPEC, México, 21 de Abril del 2017.- Dulce María García nació en Monterrey, Nuevo León, no tuvo una infancia fácil, pero recuerda que fue feliz, después de eso su vida se transformó, y a pesar de su corta edad, ha tenido una vida intensa, de cambios permanentes, “del infierno al cielo”, como ella misma lo dice.
Dulce María pudo haber sido una estudiante más, quizá una profesional de la Comunicación como hay cientos, quizá miles, en todo el país, pues con esfuerzo, coraje y disciplina concluyó la licenciatura en esa materia en su natal Nuevo León.
Pero su vida dio un giro drástico, el cual para la mayoría pudo haber sido suficiente para quedar sumida en la depresión e incluso arrebatarse la vida, pero ella es muy fuerte, no solo físicamente, que de hecho lo es de forma notable, sino más que nada en lo emocional, en lo personal, en lo psicológico.
Recuerda que se enamoró como cualquier niña que se transforma en mujer, pero quizá no lo hizo del hombre adecuado, pues él, en lugar de colmarla de cariño, la hundió en un mundo muy difícil de enfrentar, el de la violencia psicológica, el del abuso, en un ciclo que se volvió vorágine y que estuvo a punto de sepultarla.
Pero salió adelante, a pesar de haber estado a punto del suicidio por la situación que enfrentó, por esa descarnado escenario en el que se vio envuelta por el abuso psicológico.
Ella cuenta que un día unos amigos, para sacarla de la depresión, la invitaron a una función de lucha libre, le dijeron que ahí podría sacar mucho de lo que traía adentro, y por eso aceptó. Llegó a la improvisada arena, vio sobre el ring, por primera vez en vivo y en directo, toda esa magia que envuelve al espectáculo de los costalazos.
Ahí quedó “prendida” para siempre por ese mundo tanto particular que es el pancracio, por las máscaras, por las capas, por las telas brillantes y las botargas y mallas entalladas que caracterizan a hombres y mujeres que se convierten en ídolos de las mayorías, de esos que tienen en la lucha libre una recreación, un esparcimiento, pero quizá lo más importante: una fuga social.
Ahí murió, al menos temporalmente, Dulce María García, pero nació “Sexy Star”, una luchadora innovadora, bella, atractiva, pues la naturaleza le dotó de un físico atractivo que supo cultivar desde muy chica con ejercicio en diferentes disciplinas, y entonces se animó a enterrar en el baúl de los recuerdos a Dulce María García, para hacer nacer este personaje que sería sinónimo de libertad, de igualdad, pues como muy pocas luchadoras del país, ella fue capaz de subirse al cuadrilátero para enfrentar de “tú a tú” a varios hombres, incluso a algunos de los cuales despojó de sus máscaras y otros más de las cabelleras.
Dulce María dio paso a Sexy Star y comenzaron nueve años de brega en distintas empresas dedicadas a la lucha libre tanto en México como en naciones como Estados Unidos de América, Europa y Japón, porque “La Star”, como muchos la conocían, se volvió una verdadera atracción del mundo del espectáculo luchístico e incursionó en planes internacionales como Lucha Undergraund, que fue de proyección internacional no solo porque compitió en la unión americana sino porque su producto para televisión de exportó a cientos de naciones del mundo entero.
Así la Sexy Star recorrió mucha lona, muchas naciones, muchas horas de dar alegría y espectáculos a los amantes de la lucha libre, siempre con el propósito de marcar pauta, porque Dulce María García nunca fue conformista.
Luego, en esa trayectoria profesional, conoció a un hombre muy diferente, quien le enseñó que no todas las relaciones son destructivas, que detrás de la unión de un hombre y una mujer, profesionales, profesionistas, puede nacer algo muy bueno.
Dulce María, o la Sexy Star contrajo nupcias con otro famoso, el ex campeón mundial de boxeo Jhonny González, quien lejos de pretender alejarla de la lucha libre, fue una base definitiva para que ella se preparara más y mejor, lo que le permitió un repunte definitivo que la llevó al estrellato de empresas como Triple A.
Y fue por la influencia de su esposo que Dulce María enfrentó un nuevo cambio, pues se despojó de la máscara para dar un paso más en su vida deportiva, ahora para encarnar a la boxeadora Dulce “Sexy” García, quien este sábado debutará profesionalmente en la función que ofrecerán con cartel de lujo en el Pueblo Mágico de Metepec, en el Estado de México.
Dulce dice que tiene un gran compromiso con la afición, con ella misma, pero sobre todo con su esposo, Jhonny González, a quien pretende demostrar que los años de preparación a su lado, las horas de gimnasio, los muchos kilómetros recorridos en carreras matutinas, darán resultados para que nazca una nueva estrella del boxeo.
Dulce “Sexy” García está lista para dar lo mejor de sí este sábado, y aseguró que quien asista a la función saldrá satisfecho, saldrá contento, porque, como ella, todos los hombres y mujeres involucrados en el espectáculo se han preparado intensamente, para demostrar una vez más que cuando se quiere, se puede, cuando alguien se compromete, puede alcanzarlo todo, incluso una estrella.
