Agencia MVT / Ingrid Ahumada Mañon
Toluca, México, 12 de Noviembre de 2018.- Después de 32 años como cartero, Juan José Jasso López observa el cambio de correspondencia y el declive del uso del correo para el envío de paquetes o hasta cartas de amor.
Este peculiar cartero que labora en Correos de México Delegación Toluca, relata que llegó a este trabajo a sus 23 años de edad en busca de trabajo estable y lo encontró, siendo está labor la que más le gusta al estar en la calle y tener contacto con las personas a quienes les ha entregado su correspondencia por 30 años, aunque últimamente se traten de recibos y trámites principalmente.
«No me he ido porque realmente me gusta mi trabajo me siento agradecido con mis compañeros porque ya no son compañeros, es una familia porque prácticamente llevo aquí la mitad de mi vida», explica a Agencia MVT.
Al pasar de los años ha notado que los cambios para su labor han sido muchos, cambios que iniciaron con la entrega de correspondencia en motocicleta y ya no en bicicleta, como anteriormente se hacía.
Para él, el cambio más sobresaliente ha sido la correspondencia que entrega ya que antes lo tradicional era llevar cartas familiares, de amor y hasta navideñas, pero ahora es correspondencia de cuentas bancarias, revistas por suscripción y algunas entregas de paquetes de productos que se adquieren por Internet.
Hace 18 años, cuando aún se enviaban cartas de amor, recuerda especialmente la cara de una mujer que no esperaba la llegada de la correspondencia que le entregó y al momento de recibirla soltó en llanto, mientras que él sintió nostalgia porque ya entonces esos detalles empezaban a ser esporádicos.
«Antes llegaba la carta o la tarjeta navideña, ahora ya no se ve nada de eso», dice mientras labora en la oficina de Correos que está en el centro de la ciudad. Para muestra de sus palabras, explica que en sus primeros años como cartero solìa entregar hasta 2 mil entregas de material postal y actualmente entrega entre 500 y 700 piezas diarias.
Así indicó que los retos actuales para que se mantenga el correo es que los compañeros repartidores o carteros se mantengan dentro de esa labor, pues aunque precisa que ya se ven rebasados por la tecnología le entrega de cartas o paquetes no puede desaparecer.
Como padre y abuelo, su familia lo ha apoyado durante su trayectoria como cartero y también como taxista, ya que después de trabajar cuatro horas distribuyendo la materia postal y 5 horas repartiendo, deja la moto y se sube a un coche para llevar a las personas a su destino, pues sostiene que «este trabajo -como cartero- es muy noble porque te permite tener dos trabajos».
Con melancolía ve próximo su retiro, pues no puede negar que los años ya están cobrando factura y asegura extrañará a los usuarios de las zonas en las que reparte, quienes ya lo conocen.