Staff MVT\r\n\r\nTOLUCA, México, 15 de Enero.- Vecinos del barrio de Tlacopa, en la ciudad de Toluca, hicieron un nuevo llamado a las autoridades federales, estatales y municipales para regular el cruce del ferrocarril por esa comunidad, pues señalan que éste trastorna su vida y ha sido causa frecuente de accidentes en los que resultaron con lesiones severas niños y personas de la tercera edad.\r\nExplicaron que por la cercanía con la Estación del Ferrocarril las máquinas se quedan atravesadas varias horas en la esquina que forman la avenida Isidro Fabela y la calle José Martí, por lo que amas de casa, niños, hombres y personas de la tercera edad tienen que subir a los vagones para brincar y poder cruzar del otro lado de la acera.\r\n»La mayoría de los niños van a escuelas que están del otro lado de la avenida Isidro Fabela, y cuando salimos a dejarlos encontramos al tren atravesado, por lo que hay que brincarlo, con todo y los niños», dijo Olga Estrada, ama de casa del barrio de Tlacopa.\r\nEsta situación ha sido reportada en innumerables ocasiones a Ferrocarriles Nacionales, a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal, al Gobierno del Estado de México, y al Ayuntamiento de Toluca, pero ninguna autoridad siquiera ha respondido los oficios entregados.\r\n»Ya nos cansamos de llevar oficios a todos lados desde hace más de 15 años que yo tengo viviendo aquí, y nadie nos ha respondido, nadie se responsabiliza, parece que el ferrocarril no tiene dueño, y mucho menos quien lo controle», dijo la vocera.\r\nAdelantó que los vecinos se están organizando para realizar alguna medida de presión mayor, como pudiera ser bloquear la vialidad en la avenida Isidro Fabela o «acostarse» sobre las vías para impedir la operación de las máquinas del ferrocarril.\r\n»Lo único que queremos es que nos dejen vivir, que no pongan en riesgo a gente. No saben ustedes cuántas personas han caído al trepar a los vagones, hemos tenido todo tipo de accidentes, carros que se lleva el tren, bicicletas arrolladas y atropellados, y nadie hace nada», concluyó.\r\n