Viacrucis de ONG´s y migrantes en Tultitlán

TULTITLÁN, México, 25 de Feb.- «Ser migrante no es un delito» decía una pancarta portada por un centroamericano en el Viacrucis del Silencio que realizaron organizaciones no gubernamentales (ONG´s) y centroamericanos para simular el martirio que vivió Cristo antes de ser crucificado, porque es el mismo que sufren hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, entre otros, que pasan por México con la intención de llegar a Estados Unidos en busca del sueño americano.\r\nCaminaron a partir de la Casa del Migrante San Juan Diego, ubicada en la calle Cerrada de La Cruz, colonia Lechería; después de caminar unos dos kilómetros llegaron a la estación Tultitlán del tren suburbano, donde se construyó un «muro de la vergüenza», dijo Guadalupe Calzada.\r\nCerca de cien centroamericanos indocumentados, la mayoría procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala, portaban mantas y cartulinas donde se leía: «Dios no tiene Pasaporte», «Que tire la primera piedra quien no haya tenido una mancha de migración en su árbol genealógico». O citas bíblicas como «Tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; fui forastero y me recibiste en tu casa». \r\nDurante el trayecto representaron el rito católico del Vía Crucis de 14 estaciones, en cada una de las cuales hicieron notar que también Jesucristo fue migrante, despojado de sus vestidos, desnudado, golpeado y vilipendiado; sin embargo, decía una de las cartulinas «la historia ha demostrado que no hay muro capaz de contener los sueños». \r\nDesde la salida, cada uno de los migrantes, en su momento, cargó una cruz de madera sobre los hombros. El primero fue el hondureño Fulvio Galindo Zelaya, quien dijo que la migración es una cruz muy pesada que se vio en la necesidad de cargar, porque «allá en Honduras hay mucha pobreza y quiero sacar adelante a mis hijos». \r\nCuando llegaron a la Calle Independencia, donde su ubica la estación Tultitlán del tren suburbano y bajo el puente vehicular cruzado por la vías del ferrocarril, celebraron la catorceava estación del Vía Crucis. Guadalupe Calzada, directora de la Casa del Migrante referida, señaló las láminas y malla ciclónica que impiden el paso hacia las vías. «Estos muros los pone el hombre, no Dios», dijo, al punto que brotaban lágrimas de sus ojos y contenía la emoción recordando su experiencia como ilegal en California.\r\n»Como migrante aprendí a caminar con ellos y sus necesidades, por eso hoy les doy pan y techo, porque sé de sus necesidades». No hubo aplausos ni gritos, sólo discretas lágrimas entre muchos de los asistentes. \r\nLa marcha fue en completo silencio, junto a los migrantes caminaron bastantes medios de comunicación, integrantes de organizaciones civiles y católicas como Familias Unidas sin Fronteras; Movimiento Migrantes Mesoamericano; Lazos de Sangre y otras más procedentes de Chiapas y Oaxaca. \r\nCabe mencionar que en todo momento fueron custodiados por cuatro camioneas pik ups de la policía municipal de Tultitlán. \r\nCon la frase «Ningún ser humano es ilegal» concluyó la marcha que celebró que en México el término ilegal no sea sinónimo de criminal, según la decisión del Senado de la República.

Miercoles 24 de Abril del 2024 10:23 pm