Agencia MVT/ Guillermo Guadarrama
Toluca, México, 6 de diciembre de 2018.- Con todo el cuerpo cubierto de tatuajes, incluyendo lengua y ojos, implantes de cuernos y piercings, Víctor Alatorre, mejor conocido como el «Diablo Max» ha tenido que lidiar con actos discriminatorios tanto en el ámbito laboral como el social, no obstante dice no arrepentirse de su decisión de hacer de su piel un lienzo para trabajadores del arte urbano.
Su objetivo es demostrar a la sociedad de que cada quien es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo.
“Me nació porque yo tengo doce hermanos y en los tiempos de Luis Echeverría donde trataba ala gente como delincuente por estar tatuados, entonces yo tenía ocho años de edad y me quedaba llorando porque a mis hermanos los agarraba la policía y se los llevaba y entonces empecé a estudiar por qué eso era un delito y comencé a tatuarme, porque dije es mi cuerpo y yo lo puedo tatuar”, dijo.
Originario del municipio de Ecatepec, el «Diablo Max» tiene un trabajo como obrero y una familia conformada por su esposa y dos hijos a los que ha educado para que estos no discriminen a los demás pero tampoco dejarse llevar por lo que la gente piense, principalmente por la condición de su padre.
“Han habido trabajos en los que ni siquiera me dejan entrar, apenas me ven y me piden que me vaya, hay personas en la calle que se asustan pero hay también gente que se me acerca y me pide una foto, que me habla, ahora sí que soy odiado por muchos pero admirado por otros tantos”.
Según la Comisión Nacional para la Prevención de la Discriminación (CONAPRED), tener tatuajes no debe ser motivo de rechazo al solicitar un empleo ni de ningún otro acto que vulnere los derechos de las personas.
El Artículo 133 de la Ley Federal de Trabajo menciona que queda prohibido negarse a aceptar trabajadores por razón de origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil, apariencia física, uso de perforaciones y o tatuajes o cualquier otro criterio que pueda dar lugar a un acto discriminatorio.
Se estima que en México, uno de cada 10 habitantes posee un tatuaje. Es decir, 12 millones personas, de las cuales la mayoría no sobrepasan los 20 años.
Además de su trabajo como obrero soldador, el «Diablo» realiza exposiciones de suspensión donde es elevado por los aires colgando de ganchos que se incrustan en su piel, acto que estará realizando en la Expo Tatto Rock & Show donde se realizarán diversas actividades enfocadas en la cultura y el arte urbano, principalmente en el mundo del tatuaje.
En este evento a realizarse los próximos días 7, 8 y 9 de diciembre en el ex autocinema Monroe del municipio de Metepec, donde se presentará el hip hopero LNG SHT, entre otros artistas musicales y tatuadores de renombre.
La entrada a este evento es de 80 pesos preventa y 100 pesos en taquillas los días del evento.