Hablando de mujeres y canciones…
José Contreras Contreras
El 8 de marzo ha sido convertido en fecha significativa para un importante sector de nuestra sociedad: las mujeres. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, esa es la fecha internacional del Día de la Mujer.
En mi humilde opinión, nada más desagradable eso de dedicar un día en especial para celebrar algo o a alguien, pero bueno, tratar de explicarlo sería tanto o más riesgoso que entrar a una piscina llena de caimanes, pues habrá a quien le moleste el hecho de negarse a dedicar un día para hablar de las mujeres.
En realidad creo que las mujeres merecerían una celebración continua, sus derechos tendrían que ser ratificados, en los hechos, todos los días de la semana de todo el año, dado que me parece de oropel eso de pasarnos un día completo haciéndoles ver como que nos importan, cuando la realidad parece observar todo lo contrario.
La mujer enfrenta hoy un ambiente absolutamente adverso. Pasaron de ser la “escopeta” que los hombres tenían cargada y arrumbada en un rincón, a ser el pretexto perfecto para los politiquillos que encuentran en ellas el mejor pretexto para hacerse tontos 364 días y dedicarles solamente uno para hablar de ellas.
Para que año tras año digan que “ellas merecen”… “que se les va a dar”… “que se les va a apoyar”…, cuando, en los hechos, simplemente parecen simples objetos decorativos a los que muy poco se les brinda, sobre todo atención.
¿Cuáles son hoy los principales problemas que enfrentan las mujeres? Las feministas hablan acerca de la persecución, de las violaciones y de los mal llamados feminicidios, cuestión en la cual todavía ni siquiera hemos sido capaces de ponernos de acuerdo sobre qué es en realidad un feminicidio.
No dudo tampoco que esos hechos violentos como la persecución, la violencia sistemática de que son víctimas y mucho más las violaciones o asesinatos en su contra, son y deben ser asuntos en los que las autoridades tendrían que estar verdaderamente preocupadas y muy ocupadas. Pero en serio no lo están.
Sin embargo, puedo estar equivocado o no, pero creo que lamentablemente las mujeres enfrentan actualmente problemas más difíciles que esos, y uno de ellos, solo como ejemplo, se llama falta de empleo o subempleo.
Nuestros “queridos” políticos han logrado abrir espacios a ellas en los cargos de elección y de representación popular. Aunque sea a fuerza, pero se logró que hubiera hoy más diputadas, más presidentas municipales e incluso más regidoras en los cabildos de los 125 municipios del Estado de México.
Pero en realidad, con la misma o con más fuerza, tendrían que estar más ocupados nuestros politiquillos en obligar asimismo que hubiera, aunque sea a fuerza, la mitad de las plazas laborales formales para las mujeres. La idea sería que en cada empresa hubiera una mujer por cada hombre contratado, que hubiera una obrara por cada obrero, que hubiera una médica por cada médico en las clínicas y hospitales del sector salud, que hubiera una profesora por cada profesor que imparte educación en cada escuela del país, que hubiera una periodista por cada reportero o fotógrafo en todos los medios de comunicación.
Esa medida sí resolvería de algún modo la dramática situación que viven hoy miles, tal vez millones de mujeres, por lo menos en México, porque igualdad no quiere decir darles por su lado cada 8 de marzo y permitir que salgan a las calles a gritar y exigir sus derechos.
Si esta fuera una sociedad justa y equilibrada, ellas tendrían que tener las mismas posibilidades, en los hechos, en todos y cada uno de los aspectos económicos, sociales, políticos del país. Esto no se reduce a consignas y mucho menos a leyes o decretos que han dado siempre “atole con el dedo” a quienes merecen algo más que promesas.
Esa sería la forma adecuada de celebrar el 8 de marzo, fecha que a alguien se le ocurrió establecer en el calendario, pero que desgraciadamente únicamente ha servido para que los del poder las utilicen, todavía más, en sus discursos y peroratas, que no pasan de eso, y al año siguiente se repetirán, tal vez por otro político, pero con el mismo Sin Sentido…