TOLUCA, México, 5 de Sep.- El Juez del Distrito Judicial de Coacalco dictó sentencia condenatoria de 40 años de prisión en contra de Omar Alfaro Hernández, como responsable del delito de feminicidio, con lo que son ya 14 sentencias obtenidas por este tipo de asesinatos violentos cometidos en contra de mujeres en el Estado de México.\r\nLos elementos aportados por el Ministerio Público permitieron emitir la sentencia privativa de libertad, así como una multa de 41 mil 774 pesos y la cantidad de 94 mil 515 pesos como reparación del daño moral y material, por el asesinato de Miriam Gutiérrez Aguilar.\r\nLas investigaciones relacionadas con el expediente 241970550077611, iniciado a raíz del descubrimiento de un cuerpo en la colonia Parque Residencial Coacalco, municipio de Coacalco de Berriozábal, apuntaban a que el principal sospechoso del crimen era su esposo Omar Alfaro Hernández.\r\nPor ello, la Procuraduría mexiquense inició las indagatorias para esclarecer el hecho y se entrevistó con Alfaro Hernández, quien en un inicio declaró distintas cosas acerca de la desaparición y muerte de su esposa, pero finalmente admitió su culpabilidad.\r\nSegún las pesquisas, el día de los hechos ambos se encontraban en el domicilio de la calle Sierra Picacho, colonia Residencial Coacalco y discutieron por problemas personales, lo que llevó al sentenciado a tomar una herramienta conocida como «perico» y golpearla en la cabeza hasta causarle la muerte.\r\nCon la intención de desviar las investigaciones y ocultar su crimen, el sentenciado tras ultimar a su esposa, se dirigió a un cyber café y escribió tres cartas dirigidas a él, supuestamente escritas por Miriam, en las cuales le informaba que lo abandonaba para irse con un «amante».\r\nPosteriormente, Alfaro Hernández compró una caja de regalo y colocó dentro los escritos, así como varias pertenencias de la occisa, después puso el paquete en la entrada de su domicilio para que tanto sus hijos como otros familiares de la víctima lo encontraran y se enteraran del supuesto abandono.\r\nEn tanto, metió el cuerpo en unas bolsas de plástico negro y lo trasladó hasta un terreno baldío de la calle Picacho esquina con calle Sierra Mazapil, de la multicitada colonia, lugar donde más tarde fue descubierto por vecinos de la zona.