Staff MVT\r\nTOLUCA, México, 1 de Febrero.- El Estado de México ha sido, y es, cuna y casa de grandes hombres y mujeres cuyo talento enriquece el patrimonio cultural de la entidad. Sabedor de esto, el gobernador de la entidad reconoce y recuerda a quienes han dejado un legado importante en las diversas formas de arte. Tal es el caso del maestro Carlos Olvera Avelar. \r\nFelipe González Solano, Director General del Instituto Mexiquense de Cultura, en representación de Eduardo Gasca Pliego, Secretario de Cultura, dio la bienvenida al Museo José María Velasco a los más de 130 asistentes que se congregaron para conmemorar el segundo aniversario luctuoso de quien fungió doce años como director del Museo de Arte Moderno. \r\nEn su mensaje, González Solano agradeció la presencia de destacados artistas entre los que se encontraban Fernando Cano, Roberto Fernández Iglesias, Marco Aurelio Chávez Maya, Héctor Sánchez Díaz, Benjamín Araujo, entre muchos otros. Además dirigió un mensaje fraterno a Patricia Mawaad, viuda de Olvera, a través del cual puso de manifiesto su reconocimiento al trabajo que desempeñó como dramaturgo, narrador y promotor cultural. \r\nPosteriormente se presentó el libro, El colmillo del gato, antología póstuma recién editada por el Fondo Editorial del Estado de México, que estuvo a cargo del escritor Alberto Chimal y el poeta e historiador Alfonso Sánchez Arteche, para sorpresa del público fueron regalados algunos ejemplares que guardan textos inéditos y algunas claves para entender las pasiones del maestro Olvera, hecho que fue enriquecido con la lectura en atril de Flor Cecilia Reyes y Édgar Garduño Millán. \r\nPara concluir la velada cultural dedicada al fundador del grupo «TunAstral» se inauguró la exposición Disculpen que no me levante, la cual está conformada por 100 dibujos de Carlos Olvera y que estará abierta al público hasta el próximo 22 de febrero de 2015 y que recibe a los visitantes con la leyenda «Carlos Olvera tuvo una relación afectiva especial con los animales que adoptó en su casa. Una gata llamada la Maga lo obedecía sin que él articulara una sola palabra. «¿Cómo le hace maestro?» le pregunté una vez «Sólo la miró a los ojos concentradamente, luego imaginó lo que debe hacer, y listo, se hace»\r\nCon esa misma forma tan enigmática, creó un mundo espacial que hasta el fin de su vida lo mantuvo firme en sus ideales y principios. Vivió al amparo de esos valores, por ello siempre será un referente cultural que a través de su legado podrá impulsar a nóveles creadores que desean descubrir la belleza del arte, la reflexión de la vida y los momentos únicos que nos hacen mejores seres humanos.