Agencia MVT / Ingrid Ahumada Mañón
San Mateo Atenco, México, 1 de Noviembre del 2017.- En agradecimiento los devotos y creyentes de la Santa Muerte la festejaron este primero de noviembre, como cada año, con una fiesta que conlleva danza, comida, música y energía, y en esta ocasión también se realizaron dos casamientos.
Adriana Llubere, quien se definió como “muertera de corazón”, explicó que la celebración se realiza este día ya que tienen mayor conexión con la Niña Blanca, debido a la celebración del Día de Muertos, ya que aclaró que ella cree fielmente que las almas de los difuntos vienen a visitar esta dimensión.
«Es un día muy especial para nosotros, es cuando más tenemos conexión con ella, por el motivo de los muertos, porque yo sí creo que nuestras almitas vienen a visitarnos. Hoy estamos celebrando también por ahí una bodas porque ellas tienen mucha devoción a la Santísima Muerte y se quieren casar o unir con ella hasta que la muerte los separe», argumentó.
Indicó que esta es una forma de agradecerle por todos los favores que les ha hecho a sus devotos, aunque precisó que «La Flaquita», como ellos la llaman, nunca pide nada a cambio, cuestión que refirió: “hacen de corazón”.
«Lo hacemos con gusto y con corazón, sin lucro; gracias Adriana por abrirnos las puertas de tu casa, la fuerza que para mí representa es muy especial y con la fuerza y energía que nos gusta proporcionar, lo hacemos todo de corazón», comentó un danzante que representaba a la Niña Blanca.
El festejo se realizó en una carpa que montaron en la calle, justo frente a la entrada del santuario de la Santa Muerte en San Mateo Atenco, los primeros en presentarse fueron los danzantes, procedieron a servir de comer a los asistentes mientras tocó una banda, ambas presentaciones duraron aproximadamente una hora.
Más tarde comenzaron las bodas, cuyo ritual inicia con la entrega de cartas entre los novios en las que escriben lo que no les gusta del otro, espalda con espalda leen las cartas atentos pues de ello depende la decisión de casarse o no.
Adriana les da un momento para que reflexionen, después de un par de minutos regresa y les pregunta si quieren casarse, si la respuesta es favorable proceden con el casamiento.
«Siempre he tenido la ilusión de casarme y más ahora que somos devotos de ella, ahora nos hizo el milagro de que se nos concediera casarnos aquí, con ella, la decisión la tomamos hace quince días, siento una alegría muy grande al casarme frente a la flaquita y muy agradecida porque me va a dar si bendición», relató Verónica Marcelino Sánchez, una de las novias.
