OZUMBA, México, 25 de Julio.- El retablo mayor de la parroquia de la Inmaculada Concepción, que data del siglo XVII, está amarrado con tensores de ixtle y alambre recocidos sujetos a clavos, para evitar que pierda la verticalidad o se caiga hacía algún extremo. \r\nAnte esta situación, la Escuela de Conservación y Rescate al Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rehabilitará el retablo mayor durante los próximos seis meses.\r\nLos amarres que sujetan el retablo han perdido tensión y dejaron de cumplir con su función.\r\nCarlos Martínez Ordoñez, investigador de retablos católicos de los siglos XVI, XVII Y XVIII, dijo que se elaborara ménsulas de apoyo de material de ángulo y perfil tubular reforzado, que se colocaran en la parte posterior del retablo, junto con tablones de pino que formará en los pasillos.\r\nCon estos trabajos «se verificará si se ha perdido la verticalidad del retablo y con ayuda de los nuevos amarres de piel se regresara la verticalidad, ayudado de los topes de madera que limitarán la tensión de los nuevos amarres», detalló.\r\nMartínez Ordoñez destacó la importancia de que el próximo gobierno federal apoye al INAH y a su escuela de Restauración y Conservación, para que tenga mayor presupuesto, ya que en todas las parroquias de la época de la colonia, al menos el 80 por ciento de los retablos y pinturas de esos siglos están aún sin restaurar.\r\nEn el caso de la parroquia de Ozumba, su construcción se inició en 1697, y fue dedicada a Santa María Atzompan y a la virgen de la Inmaculada Concepción.\r\nSu retablo o altar mayor está compuesto de Ángeles, Arcángeles, Querubines, Serafines, Santos, Vírgenes y en lo más alto Dios Padre.\r\nEste altar mayor representa «La Mansión de los Bienaventurados». En el basamento se encuentran las figuras de los 12 apóstoles, que representan la fundación de la Iglesias Católica.