ZUMPANGO, México, 22 de Dic.- Como consecuencia de una mala planeación en el uso del suelo y un irracional proceso de urbanización, durante el periodo 1990-2011 el municipio de Zumpango perdió un significativo número de hectáreas dedicadas a las actividades agropecuarias; tan sólo en 2003 se autorizó el cambio de uso de suelo de tres mil 158 hectáreas para la construcción masiva de casas de interés social.\r\nAsí lo refirieron los académicos del Centro Universitario Zumpango de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Luis Gutiérrez Liñán, Carmen Aurora Niembro Gaona y Ranulfo Reyes Gama, quienes también destacaron que el municipio ocupa una superficie de 244.08 kilómetros cuadrados y cuenta con 17 mil 246 hectáreas destinadas para el uso agropecuario.\r\nSubrayaron que el principal desafío que enfrentan los gobiernos, desde los niveles locales, municipales o microrregionales hasta los niveles nacionales, es el saber cómo diseñar y aplicar sistemas de gestión capaces de fomentar y conciliar tres grandes objetivos, que en teoría llevarían al desarrollo sustentable: el crecimiento económico; la equidad social, económica y ambiental y la sustentabilidad en el manejo de los recursos naturales.\r\nLos autores del trabajo «Falta de un desarrollo sustentable que origina la pérdida de suelo agrícola y aumenta el crecimiento urbano» aseveraron que en la actualidad, la dimensión del problema ambiental desde el punto de vista geográfico se ve como un hecho sin trascendencia a futuro, debido a que a medida que se amplía el espacio para la construcción de vivienda, la mancha urbana consume ávidamente suelo agrícola.\r\nEl municipio, indicaron, constituye una de las regiones agrícolas que sufren el cambio del medio rural al urbano; más aún, con la denominación que se le dio de Ciudad Bicentenario, que comprende la construcción de más de una nueva zona comercial y oficinas de gobierno, de una zona industrial y un hospital, además del establecimiento de nuevos conjuntos habitacionales.\r\nLa urbanización, afirmaron, se da en un contexto de promoción de la vivienda, principalmente de tipo residencial, en áreas de uso agrícola de temporal y en lotes pequeños con riego. \r\n»El fenómeno se observa también en espacios nada recomendables para la construcción de viviendas, por tratarse de zonas con una fuerte inestabilidad, que se relaciona con las pendientes pronunciadas predominantes y que albergan una amplia gama de especies vegetales naturales».\r\nLos universitarios aseveraron que a principios de 2003, el metro cuadrado de tierra de uso de suelo agrícola costaba 20 pesos; al cambiar a zona urbanizable se elevó hasta 350 pesos por metro cuadrado, lo que hizo que algunos productores vendieran sus propiedades y de esta manera, se perdieron ranchos como: Pirineos, San Juan de la Labor, Granja Guadalupe, El Berrinche y Santa María.\r\nPor lo anterior, señalaron, es posible afirmar que la expansión urbana en la zona de estudio seguirá modificando el paisaje, creando espacios totalmente distintos en todos los órdenes: usos del suelo, alteraciones en los sistemas fluviales y en la demanda de todo tipo de recursos.\r\nLa problemática que aqueja al municipio en el área agrícola es resultado de la falta de interés por desarrollar una agricultura de vanguardia, que se inclinó por la construcción de zonas habitacionales, concluyeron los catedráticos e investigadores universitarios.