José Contreras Contreras\r\n\r\nTOLUCA, México, 19 de Abril.- Jorge Jiménez Campos, coordinador del Programa para la Recuperación y Conservación de la Cuenca Alta del Río Lerma, dio a conocer que en las últimas décadas el Estado de México perdió 38 mil hectáreas de bosques, lo que significa el 40 por ciento del total de la riqueza forestal mexiquense, factor que incide en cambios climáticos dramáticos, como es el hecho de que la semana anterior se registraran en el Valle de Toluca temperaturas de hasta 29 grados Celsius.\r\nJiménez Campos participó en la sesión del cabildo de Toluca, ante cuyos miembros hizo público un plan estatal que prevé la construcción de 22 nuevas plantas tratadoras de aguas residuales, la rehabilitación de tres de las ya existentes y que están abandonadas y sin operación, y la recuperación técnica de más de 15 que hay en la entidad, que no funcionan adecuadamente por falta de mantenimiento.\r\nIndicó que en los últimos años se agotaron 50 por ciento de los mantos freáticos existentes en la Cuenca Alta del Río Lerma, y el resto de los existentes han perdido hasta el 70 por ciento de su capacidad de filtración, todo como consecuencia de la deforestación regional, lo que calificó como el peor problema ambiental del Valle de Toluca.\r\nSeñaló que las más de 38 mil hectáreas de bosques que se perdieron en el Valle de Toluca son el resultado nocivo de incendios forestales, pero, sobre todo, de tala no controlada, tanto legal como clandestina, que la autoridad no es capaz de frenar porque carecer de infraestructura y personal para cuidar todas las zonas arboladas de la entidad.\r\nAcusó también que mucho de ese bosque se extinguió porque los ayuntamientos de la región autorizaron, sin ningún criterio técnico, el cambio de uso de suelo, de forestal a agrícola, e incluso a residencial, en zonas donde nunca debió construirse ni una sola casa.\r\nApuntó que la Cuenca Hidrológica del Lerma todavía aporta 10 por ciento del agua que se consume en la ciudad de México, con un flujo aproximado de 5 metros cúbicos por segundo, lo que, de perderse, causaría un grave impacto ambiental y político, por lo que demandó estrecha esfuerzos y sumar recursos entre todos los niveles de gobierno y la sociedad para revertir el proceso de deterior ambiental de esta región.