Por: Ginarely Valencia \r\n\r\nTOLUCA, México, 2 de Abril.- La ignorancia, el rechazo y la discriminación de su propia familia por ser un niño diferente, llevaron a Domingo a un albergue administrado por cristianos, donde ha encontrado atención para su padecimiento y ha superado las limitaciones que los especialistas mencionan para una persona con trastorno autista.\r\nDomingo y sus dos hermanos mayores llegaron hace ocho años al albergue «Por una niñez feliz A.C.», los llevó el sistema DIF municipal de Donato Guerra, porque fueron abandonados por sus familiares porque tenía problemas mentales, ya que fueron producto de constantes violaciones sexuales de su padre a su propia hermana.\r\nLa encargada del albergue, Reyna Hernández Ramírez, comentó que Domingo es el que tiene más problemas que sus hermanos, ya que le fue diagnosticado autismo; mientras que los otros únicamente presentan retraso mental y problemas para socializar.\r\n»Este niño no caminaba cuando llego, tenía cinco años venía con pañal y con mamila, entonces se tuvo que hacer un tratamiento, muchos doctores lo checaron, me dijeron que tenía que darle terapias y comencé a trabajar con él», dijo.\r\nAgregó que Domingo no tenía sensibilidad, ya que le pellizcaban o mordían en la mano, y únicamente observaba su piel como se iba estirando; o a veces ponía las manos sobre la parrilla y no sentía dolor por lo caliente. \r\nLa encargada declaró que a lo largo de estos ocho años, ella ha estado encargada del cuidado de Domingo, lo llevaba a las terapias y le insistía para que pudiera dejar la mamila y el pañal.\r\nDespués de mucho esfuerzo, Domingo es un niño que ya camina, corre y obedece a las indicaciones de los encargados en del albergue, ya realiza algunas labores de limpieza y comparte con sus compañeros en el albergue.\r\nActualmente, Domingo tiene 13 años no habla, sólo emite algunos sonidos, pero continúa en su tratamiento para que pueda ser un niño normal y desarrollarse como cualquier otro.\r\nReyna Hernández considera que el autismo no es una limitación de los niños, ya que la dedicación y tratamiento de la familia puede hacer una persona normal.