TOLUCA, México, 18 de Marzo.- Más de seis millones de familias mexicanas son encabezadas por una mujer, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Población (CONAPO). Por ello, se requiere diseñar políticas laborales activas, sensibles a los problemas de igualdad de género, así como políticas de formación profesional que atiendan a la diversificación y flexibilización de las calificaciones, con relación a las nuevas oportunidades de los mercados de trabajo, señaló la académica de la Universidad Autónoma del Estado de México, Juana Contreras Garduño.\r\nLa también autora del estudio «La democracia de género: las mujeres, el trabajo y la familia», consideró fundamental impulsar una drástica modificación de costumbres arraigadas, que incida en la separación de funciones por razón de género, a través de políticas educativas que hagan énfasis en la igualdad.\r\nEn el ámbito de las actitudes y cultura se requiere la formación de hombres y mujeres conscientes de la equidad de género para un mejor desarrollo, con un reparto igualitario de las responsabilidades familiares y la adopción de medidas que permitan conciliar la actividad productiva de las mujeres con su función reproductiva.\r\nEs factible prever que se continuarán impulsando cambios en la dinámica familiar y, posiblemente, se observe que las llamadas «familias no tradicionales» (monoparentales, reconstituidas, extensas, etcétera) ganarán espacio al modelo de familia tradicional.\r\nParticularmente, concluyó Juana Contreras Garduño, debe ponderarse la toma de conciencia de la mujer para que aprenda a apreciar su nueva posición y hacerla valer ante el varón, no en un ámbito de competencia, sino en uno de igualdad y equidad, en donde ambos, hombres y mujeres, compartan responsabilidades y disfruten del privilegio de integrar una familia.\r\n