Agencia MVT / Luis Rodríguez.
TOLUCA, México, 23 de Septiembre del 2017.- En el Museo Taller Nishisawa se llevó acabo la demostración pictórica del artista japonés Yamaguchi Keisuke (mono), quien realizó una muestra de su trabajo como pintor en tiempo real, demostrando sus cualidades estéticas y su gran manejo del pincel, las manos, brochas, así como del lienzo.
Mientras Keisuke maniobraba con el lienzo y su particular libertad de plasmar en las tonalidades negras que le daban un aspecto oscuro a su creación, se hizo acompañar de un performance sonoro donde los músicos jugaban y experimentaban con los ruidos de guitarras, saxofones, cuerdas y percusiones, ambientando el aforo cultural que recibió una gran respuesta de los mexiquenses.
“Cuando estoy en mi taller, en Japón, generalmente siempre acompaño mi trabajo artístico con música, el jazz, la cumbia, en fin, hay muchos géneros que a mí me gustan, algunas veces la combinación es buena, pero a veces no funciona y como humano estoy cambiando, por lo tanto a veces cambio de géneros musicales constantemente”, dijo.
Sobre el quehacer artístico del nipón, su trayectoria comenzó en el año 2001 y se caracteriza por mezclar la tradición japonesa, el budismo, la espiritualidad, con algunas apreciaciones que tiene de la cultura mexicana, esto luego que el año anterior se presentó en el mismo recinto y retó aspectos del país latinoamericano.
Keisuke detalló que en esta segunda visita sigue sorprendiéndose el aspecto cultural del país, sus colores, olores, su comida, cuestiones que en él influyeron para realizar trabajo artístico en Toluca, y eso es visible en algunos de sus cuadros donde utiliza penachos y otras imágenes que retratan las tradiciones de México.
Sin embargo, sus acrílicos también reflejan el místico Japón y sobre posibles similitudes entre ambos países, el artista mencionó; “siento que hay muchas similitudes pero no en las cosas sino en los sentimientos, como el verse a los ojos, el tomar por las noches, el comer a cada momento y bueno aunque hay diferencias, son los sentimientos los que nos hace similares”.
Para concluir, el creador aseguró que sin conocer a Nishisawa el poder adentrarse en el recinto es algo emotivo, se siente “conectado”, pues el espacio es un poco de Japón en la región y venir a México siempre es enriquecedor.
