TOLUCA, México, 3 de Abril.- En materia de disponibilidad de agua, en el norte del territorio nacional, el agua de lluvia que se capta por escurrimiento es únicamente cuatro por ciento, mientras que en el sureste y las zonas costeras se logra captar 50 por ciento del escurrimiento, afirmó el investigador de la Universidad Autónoma de Estado de México, Héctor Campos Alanís.\rLa zona norte del país, explicó, está constituida por regiones áridas y las presas tienen la función de captar el agua que se utiliza en la actividad agrícola; en tanto, en la zona centro y sur del país, donde se localizan las regiones húmedas, las presas tienen como objetivo almacenar el líquido para consumo urbano y para la generación de la energía eléctrica.\rMéxico, al igual que otros países, abundó, enfrenta graves problemas de disponibilidad, desperdicio y contaminación del agua; como parte de las acciones encaminadas a atender esta problemática, los gobiernos estatales se enfrentan a la necesidad de construcción de infraestructura hidráulica que permita satisfacer de agua a las distintas regiones del país.\rEs decir, precisó, a los diferentes sectores de la población y a los distintos usos y fines de la misma –agrícola, industrial, doméstico, de servicio y para la generación de energía eléctrica, entre otros-, en las siguientes décadas. \rEn comparación con otros países, manifestó Héctor Campos Alanís, México puede ser considerado como un país rico en recursos naturales, en su diversidad biológica y en la concentración y disposición del vital líquido.\rLa mayor parte del agua que consume la población en México, sostuvo, proviene de fuentes tales como ríos, arroyos, presas y acuíferos del subsuelo, mismos que se recargan de forma natural en época de lluvias.\rSin embargo, dijo, este periodo en gran parte del país tiene una duración promedio de cuatro meses, lo que propicia una escasa captación, que aunada a que del total del agua captada por este medio, aproximadamente 70 por ciento se evapora y a los crecientes procesos de contaminación, representan fuertes riesgos para la explotación, distribución y aprovechamiento de este vital líquido.\r