Madres centroamericanas no pierden esperanzas de encontrar a sus hijos

TULTITLÁN, México, 8 de Nov.- Las 33 madres que permanecieron en este municipio que integran la Séptima Caravana de Migrantes Hondureños Desaparecidos 2011 coincidieron en una sola frase: «no sé nada de él» o «no sé nada de ella».\r\nEl padre Hugo Raudel Romero, responsable de la Casa del Migrante, mencionó que se empezó a prestar ayuda a partir de enero del 2009 y las personas que ellos buscan es de años anteriores, como 2005, 2008 o antes; «pero estamos cotejando la lista de nombres para definir cuáles son los resultados».\r\n»Nosotros tenemos únicamente nombre de los migrantes que han desparecido, pero aquí alojamos por lo menos mil 200 migrantes, al mes unos 4 mil 800″, dijo.\r\n»Todavía estamos en diálogo con autoridades estatales, federales y municipales para reubicar la casa, porque es un espacio insuficiente, e incluso los vecinos están muy expectantes sobre la reubicación del albergue», añadió.\r\nClementina Murcia González, de 67 años de edad, dijo: «Yo tengo dos hijos extraviados Jorge Orlando Funes, salió en 1987, tenía 17 años, ahorita tiene 24 años, y no sé nada de él. Mauro Orlando salió el 2002, y yo me comuniqué con él tres veces desde Tuxtla; de este último tengo 5 años que no se de él. Eran mecánicos.\r\nProveniente de San Pedro Zula, Honduras, aseguró que no ha perdido la fe y confió en que se haga la voluntad de Dios. «Yo venía lastimada de una pierna, y así, por el amor de buscar a mis hijos, salí así a buscar a mis hijos», relató.\r\n»Sabemos que ya hay una mujer que ya encontró a su hija, lo que nos hace no desistir y albergar una esperanza. Es horrible vivir sin un hijo en la casa, porque a la hora que uno va a servir la comida, yo me acuerdo de mis hijos en el almuerzo, al medio día, en la cena, y entrar al cuarto donde ellos dormían y mirar el cuarto vacío es horrible», aclaró.\r\nUno viene con esa ansiedad de encontrar a uno de ellos, dijo, no importa desvelarse, «estamos cansadas, pero a nosotros nos han atendido bien los mexicanos. No es como dicen que todos los mexicanos sean malos, y a lo mejor quienes vienen a hacer pillerías aquí se dice que son entre propios hermanos de país», apuntó.\r\nEn la caravana se encontraba Emeteria Martínez, quien en el año 2010 encontró a su hija en el Estado de México. Explicó: «aquí la encontré, a Ada Marlene Ortiz, hoy les digo que tengan fe y no perder la esperanza. Tarde 13 años buscándola, empezamos a buscar a nuestros hijos en 1999. En el 2010 encontré mi hija. Ahora dicen que soy el símbolo de la esperanza. Ella se casó y está viviendo aquí, tiene tres hijos y uno que me dejó en Honduras, departamento de Yoro», concluyó.

Miercoles 24 de Abril del 2024 8:35 am