TEMASCALCINGO, México, 6 de Abril.- El sol del mediodía no impidió que la Hermandad de Crucíferos de Temascalcingo se uniera de manera paralela a la celebración de la representación de la Pasión de Cristo, que año con año se lleva a cabo en este municipio. Localizado al norte del Estado de México.\r\nAl menos 360 crucíferos vestidos con túnicas blancas, cubiertos de los rostros con paños blancos y descalzos, partieron de la iglesia de San Miguel Arcángel cargando cruces que van de los 120 y hasta los 200 kilogramos, y de esa manera sentir el sacrificio que hizo el señor Jesucristo para el perdón de los pecados.\r\nCon sus pies descalzos soportan el sol quemante e inician un recorrido silencioso de aproximadamente 3 kilómetros, que dura una hora y media, hasta llegar nuevamente al recinto religioso. \r\nEn la cintura llevan una cinta que les ayuda a sobrellevar el peso de la cruz, mientras que en las manos portan otro aditamento al que denominan «disciplina».\r\nSu andar se pausa cuando se anuncia las caídas que tuvo Cristo, en ese momento, al sonido de una matraca, los crucíferos que van cargando una cruz extienden sus brazos para castigarse los hombros mientras que sus compañeros se hincan para flagelarse la espalda con la «disciplina».\r\n»Lo hacen para disipar las culpas», explica el presidente de la Hermandad, Othón López Rodríguez.\r\nSus rostros ocultan el dolor causado, así como su identidad, pues este ritual de sacrificio no debe ser motivo de vanagloria.\r\nLópez Rodríguez explicó que desde el miércoles de ceniza comienza la procesión por las calles de Temascalcingo y termina el viernes santo con el Santo Entierro que se realiza en el cerro del Calvario, donde guardan las cruces para ser usada hasta el año siguiente.\r\nLa aparición de los Crucíferos data desde hace aproximadamente 120 años, y desde entonces han sostenido esta tradición que reúne a mexiquenses y extranjeros.