López Tarso dio vida a la Muerte y a su eterno ahijado Macario

José Contreras Contreras\r\n\r\nTOLUCA, México, 31 de Oct.- La muerte nunca llega tarde, nunca se aplaza, nunca se evita. El poder de la sanación puede ser mucho, pero nunca la evita, quizá la dilate, pero nunca la ahuyenta de forma definitiva. Esa es la enseñanza que Macario El Ahijado de la Muerte dejó a más de cinco mil toluqueños que disfrutaron la actuación magistral del Primer Actor de México, Don Ignacio López Tarso.\r\nEl inolvidable Macario de uno de los mejores filmes mexicanos rodado en 1960 y dirigido por Roberto Gavaldón, estuvo la noche del miércoles en la Plaza de los Mártires de Toluca, como parte del elenco que el ayuntamiento de Toluca reunió en el Festival del Alfeñique 2013.\r\nIgnacio López Tarso hizo las delicias de un público eminentemente familiar que aplaudió, rió y por momentos derramó lágrimas al verse envuelto en la magia de la interpretación del gran actor mexicano.\r\nSe trató de una pieza del llamado teatro de atril, donde la voz, musicalización y efectos de sonido son capaces de envolver al espectador sin que los participantes tengan que moverse prácticamente de su sitio, para demostrar que la imaginación es más grande que la vista.\r\nEl primer actor estuvo siempre envuelto por cientos de veladoras encendidas, las cuales recordaron el pasaje de la Gruta de la Muerte, ahí donde Macario llega a su clímax y conoce el secreto de la vida, tan frágil como apagar una de esas delicadas luces.\r\n»Todo tiene un orden, Macario», le espetó la Muerte a quien en principio surge como el más humilde de los leñadores, incapaz de poder nunca alimentarse bien, pues siempre prefiere dejar los pocos frijoles, chiles y tortillas a sus 11 hijos a los que ama tanto o más que a su fiel mujer.\r\nEl sueño de Macario de alguna vez comerse solo un guajolote se hace realidad en medio de la voz y fantasía de tres personajes que le interrumpen el placer de degustar lo más deseado. Enfrenta así al diablo, quien lo tienta como acostumbra; se reúne con el divino redentor a quien le pide humildemente comprensión para no compartir su alimento, y finalmente conoce a la Muerte, con quien comparte los años por venir, porque lo adopta como ahijado.\r\nLópez Tarso dejó de manifiesto ante los toluqueños su capacidad histriónica, so bonhomía, ese gran don de la actuación que le ha hecho grande, casi una filosofía de vida que comparte con quienes le acompañaron para dar vida a todos los personajes en una atmósfera de misterio y misticismo.\r\nLa muerte llegó, tan implacable como siempre, tan inevitable como nunca, quizá tan inexorable como el fin de la bella puesta en escena de uno de los grandes que seguramente será recordado por siempre como el gran actor de México, el único capaz de dar vida al humilde Macario, el de la eterna muerte latente.\r\n

Sábado 20 de Abril del 2024 7:08 am