Staff MVT\r\n\r\nTOLUCA, México, 4 de Enero.- La tarea de gobernar debe ser hacia la calle, porque no se trata de una actividad que se maneje en oficinas públicas, ni tiene que ver con cambiar el mobiliario, afirmó el profesor e investigador Ricardo Uvalle Berrones, al participar en el Panel «La Administración de Personal y la Profesionalización de los Servidores Públicos: Situación Actual y Prospectiva», organizado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México.\r\nAnte alumnos, académicos e investigadores de este espacio de la Máxima Casa de Estudios mexiquense, el especialista hizo referencia a las acciones que debe tomar un gobierno para responder a las demandas sociales y cumplir con honradez, las tareas dentro del quehacer público, sin olvidar que el gobierno cumple con las funciones de frenar conflictos y asegurar la cooperación de la vida colectiva.\r\nLos servidores públicos, consideró Ricardo Uvalle Berrones, deben recordar los valores que son clave en la acción del gobierno, siendo éstos: el orden, la paz, la seguridad y la justicia. \r\nEsta visión, agregó, permitirá que la administración pública no sea vista como un botín del cual se obtengan beneficios no merecidos, sino por el contrario, entenderla como un medio que encamina a beneficios sociales. \r\nMencionó que el problema en las formas de gobierno actuales es la falta de explicación de los procesos correspondientes a la sociedad. «El servidor público debe exponer el sentido de un plan, de una política pública, porque sólo así la sociedad podrá comprender lo que se pretende con un cambio estructural».\r\nOtro problema que enfrentan los servidores públicos, puntualizó, es que muchas veces se ven limitados en su capacidad de inventiva para mejorar, olvidando el uso de herramientas como las tecnologías, que sirvan como un medio para llegar a la sociedad y no entender su uso como un fin.\r\nRicardo Uvalle Berrones enfatizó la importancia de que el servidor público entienda sus tareas, dedicándose a comprender los asuntos públicos, procurando el servicio a la sociedad, para lograr legitimidad en su cargo, mediante méritos adquiridos, es decir, ser merecedor de incentivos por sus acciones positivas, pero también, de asumir las consecuencias por sus actos negativos.