TOLUCA, México, 23 de Julio.- Después de cinco horas de espera en las instalaciones de la Fiscalía Especial de Secuestro, Tomás Alfredo José Guadalupe Martínez Gutiérrez, tuvo que regresar a su casa, una vez más, sin noticias sobre las investigaciones que supuestamente lleva a cabo la Procuraduría General de Justicia del Estado de México sobre el plagio cometido en contra de su hijo, Carlos Eduardo Martínez González, de 15 años, ocurrido hace más de cinco meses en las puertas del Colegio Montessori, de Toluca.\r\nA pesar de haber sido citado un día antes por la secretaria de la agencia del Ministerio Público de la propia Fiscalía Especial de Secuestro, el padre del niño plagiado en el Colegio Montessori escuchó, una vez más: «no lo van a poder atender hoy, están muy ocupados, tanto el Fiscal como el agente del Ministerio Público. Váyase a su casa, luego le volvemos a llamar, a ver si lo pueden atender», le dijo una auxiliar secretarial.\r\nPara Tomás Alfredo José Guadalupe Martínez Gutiérrez la respuesta no es nueva, pues ha estado en las mismas instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México más de veinte ocasiones y, de éstas, solamente una vez lo atendió el agente del Ministerio Público, solo para decirle que «no hay avances».\r\n»Hemos venido aquí, a Capultitlán, más de veinte veces, y el agente del Ministerio Público y el Fiscal nunca tienen tiempo de recibirnos, siempre nos dicen que están ocupados o que tuvieron que salir de improviso, porque los llamó el Procurador. En realidad no sabemos si es cierto o no, pero nosotros no podemos hacer nada más que venir cada vez que nos citan», explicó el afligido padre, quien a sus más de ochenta años no tiene ya otro objetivo en la vida que localizar, vivo o muerto, a su joven hijo que fue secuestrado el 14 de febrero del 2013.\r\nEl padre de Carlos Eduardo Martínez González se mueve cada vez con mayor dificultad, pues ahora tiene que cargar a todos lados un equipo de diálisis que lo mantiene vivo, pues su salud se ha visto mermada considerablemente a partir de los cinco meses que lleva durmiendo muy poco, comiendo casi nada y buscando permanentemente a su hijo, incluso pegando su fotografía en casetas telefónicas y paredes de toda la ciudad de Toluca.\r\n»Los señores de la Procuraduría verdaderamente no tienen compasión de las víctimas del delito. Imagínese usted lo que me cuesta ahora moverme, con este aparato, porque sin él ya no puedo vivir. Tengo que pagar taxi todos los días que me citan, para que después de varias horas nos digan que no van a atendernos», refirió.\r\nConsideró que, además de la falta de humanismo y atención de los servidores públicos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, «no nos atienden porque en realidad no tienen nada que decirnos. Yo creo que en realidad no están haciendo nada. Si quisieran investigar lo harían, pero como no tenemos dinero para darles para que se pongan a trabajar, pues simplemente no hacen nada, por eso no nos atienden», precisó.\r\nPara don Tomás Alfredo José Guadalupe Martínez Gutiérrez cada día que pasa las posibilidades de volver a ver a su hijo con vida se reducen. «Estos cuates no han hecho nada por ayudarnos a localizar a mi güero, estoy desesperado y cada vez creo menos en volverlo a ver con vida», remató.\r\nDespués de cinco meses y medio de búsqueda infructuosa departe de la familia para tratar de localizar con vida a Carlos Eduardo Martínez González, de 15 años, no hay ningún resultado concreto, a pesar de que el caso se colocó en los programas de búsqueda de personas desaparecidas Odisea y Amber, pero no se ha logrado nada en concreto, solamente se suspendió la comunicación telefónica que en los primeros días entablaron quienes se supone que lo secuestraron.\r\n»Nuestras esperanzas cada vez son menores. Es evidente que nuestro sufrimiento no le importa absolutamente nada al gobernador Eruviel Ávila Villegas y al Procurador de Justicia, Miguel Ángel Contreras Nieto, a quienes les hemos pedido ayuda por cartas, en los medios de comunicación y hasta a gritos en actos públicos, pero parece que nada hace mover su corazón y nuestra situación les es indiferente», concluyó el padre del joven secuestrado.