Agencia MVT / Filiberto Ramos
TOLUCA, México, 11 de Junio del 2017.- Los dueños de las calles, locales ambulantes, los puentes peatonales, los pasillos hondos que serpentean y se vuelven en los escondites idóneos, al lado del cine Apolo, a donde llegan los clientes de fuera, los alrededores del mercado Juárez, donde están los marchantes de las zonas rurales, de noche, pero sobre todo a la luz del día, ahí están los carteristas de la terminal de Toluca: Mafias urbanas que lo reflejan todo, la inseguridad y la corrupción con que se actúa en las calles y en los ministerios públicos.
-¡Entran hoy, y así como llegan, van para fuera en menos de 24 horas, ya están otra vez aquí, robando! -revela el policía que custodia una de las esquinas de Isidro Fabela, no dice más por temor, sabe que toman represalias si los señala.
La terminal de Toluca, instalada en los años 70 como muestra de la modernidad, con el paso de los años se convirtió en «el nido» del mercado negro, de la piratería, la pornografía, los asaltos a transporte público, la venta de ropa que llega por toneladas, las autopartes y celulares robados, en el «mundo de los carteristas».
La organización de los grupos del crimen conocidos así operan en el perímetro de la terminal de Toluca y el tianguis de la Aviación, y su modus ha llegado a la eficiencia de usar abogados que se plantan en los ministerios públicos para pagar multas y evitar que sean procesados.
«Hay una abogada muy conocida por todos ellos, es una señora ya grande que se la pasa en el MP, ahí espera a que los lleven, pero como casi nunca hay denuncia de los ofendidos, ella negocia una multa y listo, van para afuera», según explicó una fuente interna de la dirección de Seguridad Ciudadana de Toluca.
De acuerdo con informes de la corporación municipal, este modo de operar se ha detectado en algunas de las 36 bandas que operan en el municipio, y la mayoría está en la terminal.
Estos grupos llegan a reclutar de 30, 50 y hasta 100 miembros por banda, entre niños, mujeres, hombres y personas de la tercera edad que fingen pedir limosnas, todos liderados por un cabecilla.
También se ha detectado a grupos que operan con parejas, que simulan caminar al lado de las víctimas para luego entre el tumulto despojarlos de celulares y carteras.
Según el mapa criminal de la Policía de Toluca, estos son algunas de las bandas identificadas:
1.- Los Flamas: Grupo originario de los barrios tradicionales.
2.- Los Alemán: oriundos de la colonia El Seminario, encabezados por su líder de apellido Alemán.
3.- Los Garduño: una de las bandas grandes que la conforman más de 100 integrantes.
Los grupos que son detenidos en los operativos de la policía local, pueden ingresar hasta dos veces por semana, pero salen en libertad, derivado a que en la mayoría de los casos, no se levanta denuncia por parte de los afectados.
Por lo que esto es aprovechado por los abogados que se contratan y quienes negocian un pago de fianza o reparación del daño para poder liberar a sus clientes.
Entre las bandas que se han detectado bajo este modo de operación, está la conocida como «Los Flamas», que es uno de los grupos grandes y que tiene un reclutamiento superior a las 100 personas, según los informes de la dependencia municipal.
Este grupo, en su mayoría originarios de la colonia El Seminario, se dedica al robo de carteras, asaltos a transeúntes, a negocios y en transporte público.
Pero en la terminal, pareciera que nadie los conoce, o nadie se atreve a señalarlos, se pasean vigilando todo el tiempo, con halcones que observan a las víctimas, entre Pasaje Comercial, Felipe Berriozábal y las calles estrechas de la colonia Valle Verde.
-¡No, eh, la verdad no sé quiénes sean esos menes! -responde una y otra vez entre los comerciantes aislados.
Su aspecto, puede ser el de cualquier transeúnte, con ropa de moda, lentes, gorra, sudaderas y tenis, pero también los hay que van en pareja, con playeras cortas, cabello arreglado y jovencitas de buen ver para aparentar.
Su mundo es el perímetro de la terminal, su oficio es ser carterista, su presa son los paseantes y su ley la inseguridad que permea en la capital del estado.