Agencia MVT / José Contreras Contreras
TOLUCA, México, 15 de Junio del 2017.- Cuentan que un hombre, fiel católico, estaba indeciso sobre hacer caso a su vocación religiosa o dedicarse a otras actividades, Entonces asistió a ver la peregrinación frente a la iglesia que anualmente se realizaba el 15 de junio para dar gracias por el inicio del ciclo productivo, y entonces pensó: “si Dios fuera tan poderoso como dicen que es, hasta esa mula se hincaría ante él y lo veneraría”. Y así fue, la mula, cargada con los productos del campo e implementos de agricultura, al pasar frente al Cristo, se postró, doblo sus rodillas e inclinó la cabeza en señal de humildad y veneración ante el poder del Señor.
Desde entonces, esa mula se convirtió en uno de los elementos religiosos de mayor devoción entre la grey católica, pues representa varias cosas: la humildad en la adoración a Dios, el poder para el trabajo productivo del campo, y la entrega que debe hacerse a la voluntad del creador cuando inicia un ciclo productivo que permitirá al pueblo generar lo necesario para alimentarse.
Todo eso se encierra en el sincretismo que dio lugar a la fiesta del Corpus Cristi, o El Cuerpo de Cristo, que es lo que en realidad se celebra este 15 de Junio, día de San Manuel, y por ello los atrios de las iglesias se llenan de artesanos que meses antes comenzaron la producción de las figuras, de todos tamaños, de esas mulitas representativas de la festividad.
El Corpus Cristi se festeja 40 días después de la Pascua, en recuerdo para los católicos de la importante entrega del Cuerpo de Cristo para la redención de los pecados y el renacimiento en la fe.
Por eso, este jueves las mulitas volvieron no solamente a venderse en torno a las iglesias, sino a ser llevadas al atrio para su bendición, pues muchas familias tienen como tradición conservarlas dentro de sus hogares no como un elemento decorativo, sino como algo que les recuerde todos los días esos valores de entrega, humildad y religiosidad que hace grandes en la fe y la unidad a las familias.
Juntos con la bendición de las mulitas, existe también la tradición, al menos en México, de llevar a los niños y niñas vestidos de “inditos” a escuchar misa, incluso a bendecirlos, esto como parte del recuerdo de las raíces autóctonas de los mexicanos, de esa devoción por el trabajo agrícola, por eso los pequeños llevan a sus espaldas huacales cargados de los instrumentos campesinos.
Las inditas representan a las mujeres que de forma amorosa visitaban a sus esposos por la tarde en las milpas para ahí mismo preparar y compartir los alimentos, mientras que los pequeños inditos son una alegoría de quienes se dedican a la producción de alimentos, sobre todo a la siembra del maíz, elemento fundamental en la dieta y la cultura de los mexicanos.
Esto y más se entremezcla en el Jueves de Corpus, una de las fiestas de mayor arraigo en la tradición católica mexicana, a las que se han ido agregando algunas bromas contemporáneas como lo es el felicitar por su “santo” a los amigos, haciéndoles ver que en realidad son unas “mulas”.
