Agencia MVT / Luis Rodríguez
Toluca, México, 24 de mayo 2018.- Han pasado 18 años desde que Don Eufrasio Herrera asiste a los martes de marimba y a los jueves de danzón en la Concha Acústica.
Este lugar ubicado a mitad de los Portales de la capital mexiquense es utilizado por amantes de la música que hizo época, donde se vive la nostalgia en medio de baile de salón, con lo que se generan nuevos lazos de amistad entre quienes asisten a esta cita.
El danzón tiene su origen en la Habana Cuba, y de acuerdo a datos cronológicos, Miguel Failde y Pérez fue su creador en el año de 1879. La música se caracteriza por ser interpretada por un gran número de instrumentos de viento, y el baile por realizarse entre parejas, desarrollándose de manera romántica y elegante, pues el contacto físico así como el acercamiento es inevitable.
Cada semana, Herrera asiste engalanado con un traje digno de un “Pachuco”; sombrero plumeado, saco y zapatos que dan vuelo a los emblemáticos pasos del tradicional baile que lo hace sentir vivo y lleno de energía. Según relata, es su terapia física, la cual comienza con el primer acorde tocado por la agrupación que engalana las tardes lluviosas en el capital mexiquense.
A lado de él se encuentra dispuesta Doña Margarita Hernández, quien como Herrera, asiste al espacio desde hace 15 años. Se han vuelto pareja para aperturar la tarde de baile. Ambos explican que el baile trae grandes beneficios a su vida.
“Para nosotros que somos de la tercera edad, bailar tres horas equivale a caminar 20 kilómetros y aparte nos da placer. El danzón es el mejor baile, los anteriores como el swing o el boogie woogie ya no se practican”, relata el bailador, sonriendo al recordar sus viejas andadas.
Hernández por su parte, agrega que el baile es una forma de sentirse más joven y fraternizar con otras personas. ”Se trata de que convivamos y conozcamos a otras amistades que quieran venir a disfrutar del baile, para nosotros es algo vital, si no bailamos no nos sentimos a gusto, ni vivos. Esta es mi terapia, me siento tranquila y muy feliz, amo el baile”, externa la mujer, quien asegura que lo único que los detiene para no asistir a la Concha Acústica son las eventuales enfermedades.
El grupo de adultos mayores se ha vuelto una tradición en la capital mexiquense, y la felicidad se deja ver en sus gestos, el ritmo que colocan en sus pasos y el sentimiento de compañerismo que se emana entre ellos.
La pareja describe que las únicas reglas es el respeto entre los danzantes. “Bailar sin propasarse”, dice pícaramente Don Eufrasio.
Margarita y Eufrasio extienden una atenta invitación para todas las generaciones, que se acerquen, que conozcan y que vivan el danzón con la pasión que a ellos los mantiene vivos.