Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre.
Tenancingo, México, 22 de septiembre.- Con celulares en mano, decenas de habitantes de la comunidad de San Miguel Tecomatlán esperaban el momento en que la maquinaria pesada derrumbara una casa de dos pisos que fue fracturada por el sismo de 7.1 grados en escala de Richter. Las varillas y el concreto parecían invencibles pero bastaron unos cuantos golpes en las columnas para que cayera completamente.
En esta comunidad del municipio de Tenancingo resultaron afectadas 120 casas, de las cuales 60 fueron declaradas pérdida total, la mayoría estaban construidas de adobe y tenían una antigüedad de más de 100 años, pero también hubo casa de menos de una década que tuvieron que ser derribadas.
A este pueblo ha llegado poca ayuda de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la Policia Estatal, han sido los habitantes y voluntarios que participan en las labores del retiro de escombros. Las mujeres también trabajan, organizadas forman una fila y pasan de mano a mano los botes llenos de desechos de la construcción.
Juan Mario de tan sólo cinco años se entretiene con un trascabo de juguete sobre los escombros de sus vivienda mientras que a unos metros de ahí la maquinaria pesada destruye más casas.
Daños a la iglesia de San Miguel Arcángel
El pasado 19 de septiembre que la tierra retumbó, todo cambio en el pueblo de San Miguel Tecomatlán; sus habitantes saben que ya no volverá a ser lo mismo y lo comprueban cada que pasan frente a la iglesia de San Miguel Arcángel.
El fuerte sismo fracturó sus paredes, derrumbó el campanario derecho y daño la cúpula central, al día siguiente del temblor, los creyentes católicos se organizaron para sacar las imágenes religiosas y colocarlas en lugares seguros.
“Había santitos que resultaron fracturados, se les rompieron las piernas, los brazos, incluso a uno, se le desprendió la cabeza. Afortunadamente, a nuestro santo patrono, San Miguel Arcángel, no le pasó nada, quedó intacto”, relató el tercer delegado municipal de Tecomatlán, Fernando Pacheco.
El sismo también destruyó parte del patrimonio histórico de esta comunidad de Tenancingo, ya que la iglesia iba a cumplir 200 años de haberse concluido su construcción. Los habitantes aún están con incertidumbre de lo que sucederá con este espacio religioso.
#FuezaMexico
Por iniciativa de familiares, amigos y compañeros de trabajo, la ayuda humanitaria llegó a Tecomatlán para apoyar a las familias que lo perdieron todo.
Unos voluntarios ofrecían agua a los trabajadores que retiran los escombros mientras que otros repartían tortas y naranjas a quienes sacaban sus pertenencias de sus casas.
Apesar de la desolación, en las calles de Tecomatlán se respiraba solidaridad por la gente que sin conocer a los damnificados ofrecían un poco de alimento y unas palabras de aliento para hacerles saber que no están solos en la tragedia.
A esta causa se sumaron estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) a través de la Facultad de Medicina, así como de Enfermería y Obstetricia quiénes organizaron colectas de medicamento y acudieron a la comunidad a compartir su tiempo y conocimiento para cuidar de la salud de los afectados.
