Staff MVT\r\nTOLUCA, México, 5 de Febrero.- La Cruzada Nacional Contra el Hambre ya es una realidad para millones de mexiquenses, afirmó el delegado de la Secretaría de Desarrollo Social en el Estado de México, Edmundo Ranero Barrera, al reunirse con el personal integrante de la estructura de esta dependencia en la entidad mexiquense; esto ha sido posible, precisó, por el nivel de coordinación entre las diversas dependencias que participan en la estrategia y la alineación a favor de los indicadores y de los diversos programas, focalizando a la población objetivo.\r\nEn el Estado de México tenemos claro el compromiso del gobernador Eruviel Ávila Villegas y su equipo de trabajo con los programas sociales del presidente Enrique Peña Nieto, aseguró al iniciar los trabajos del Mes de la Cruzada Nacional contra el Hambre. Resaltó el anuncio hecho en Ciudad Hidalgo por la titular de la SEDESOL, Rosario Robles Berlanga en el sentido de que a partir de ayer se han transparentado aún más los programas sociales del gobierno federal, pues ahora el Padrón de Beneficiarios se puede consultar en la página de Internet de la Dependencia.\r\nResaltó que a dos años de distancia en el Estado de México funcionan más de mil 300 comedores comunitarios que atienden diariamente a una población superior a las 150 personas entre niños, adultos mayores, mujeres en lactancia o embarazadas, además de que Liconsa llega ahora a lugares que no llegaba, que Diconsa ha establecido más tiendas rurales y que los programas de Seguro de Vida para Jefas de Familia, Pensión para Adultos Mayores, 3X1 migrantes, Proyectos Productivos y el Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias, entre otros, han intensificado sus acciones en este tiempo.\r\nEdmundo Ranero Barrera dijo al equipo que labora en la delegación de la SEDESOL que los objetivos de la Cruzada siguen siendo los mismos: cero hambre a partir de una alimentación y nutrición adecuada para mexicanos en extrema pobreza y con carencia alimentaria severa; eliminar la desnutrición infantil aguda y mejorar los indicadores de crecimiento de niños y niñas; aumentar la producción e ingreso a los campesinos y pequeños productores agrícolas y evitar las pérdidas post cosecha y de alimentos, así como promover la participación comunitaria y la movilización popular.