TOLUCA, México, 2 de Enero.- En ninguna nación ha sido fácil establecer el sistema de pensiones, porque se debe garantizar la sustentabilidad del sistema para las siguientes generaciones y ser efectivo en los propósitos de aminorar los cambios del ingreso durante el ciclo de vida y la pobreza en la vejez.\r\nLos especialistas Felipe Abelardo Pérez Sosa y Denise Gómez Hernández, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) explicaron que el Sistema Mexicano de Ahorro para el Retiro existen planes voluntarios y de régimen obligatorio, y los primeros son complemento de los segundos, más que una fuente principal de beneficios. \r\nCada país, dijeron, ha establecido su propio sistema de pensiones, con la finalidad de obtener un balance entre los beneficios otorgados y su asequibilidad \r\nEntre los tipos de planes existentes hay dos grandes grupos: aquellos cuya prioridad es determinar las contribuciones y los que se enfocan en el aseguramiento de los beneficios.\r\nEn el primer grupo están los planes en los que se establece un esquema de ahorro con el cual el monto acumulado se invierte en activos que generan rendimientos y con ello, se financian las pensiones de los miembros; en ellos se asegura que los recursos de cada trabajador no serán utilizados para otros fines, sin embargo, conllevan la desventaja de no garantizar el monto de los beneficios que recibirá cada miembro. \r\nEn cambio, en los planes del segundo grupo, la pensión se suele establecer como un porcentaje del salario pagado al trabajador, pero representan un costo incierto para el sistema en su conjunto. \r\nLos especialistas dijeron que es pertinente que las nuevas generaciones de contadores, administradores, expertos fiscales y economistas conozcan las distintas clasificaciones de los sistemas de pensiones existentes, para detectar sus fortalezas y debilidades en cuanto al logro de sus objetivos.