Agencia MVT / Guillermo Guadarrama
San Mateo Atenco, México, 4 de septiembre de 2018.- A cuatro días de la contingencia sobre la ribera del Río Lerma, la situación no ha mejorado sustancialmente, ya que ha seguido lloviendo y las anegaciones persisten en la demarcación.
Además de la atención a los damnificados y las labores de limpieza, ahora existe riesgo de infecciones debido a que parte del agua que se ubica en seis barrios del municipio se trata de aguas negras.
Aun estando a varias cuadras de distancia se percibe el aroma a agua contaminada. En la zona permanecen elementos de diversas corporaciones policiacas y de Protección Civil así como soldados del Ejército mexicano.
Derivado de que las localidades de este municipio se encuentran inundados con aguas negras provenientes del desbordamiento del Río Lerma, desde la avenida Paseo Tollocan, alrededor de 500 metros antes de llegar a la entrada principal de este municipio, se percibe el olor a estanque, por lo que lo más preocupante para la población es su patrimonio y estado de salud.
En este sentido, el DIF estatal, desde las 9:00 horas comenzó con los recorridos a las zonas afectadas para llevar servicio medico y botas a los vecinos que lo necesitan.
A través de camiones Vactor, unidades móviles de salud, patrullas y lanchas es como se está transportando la ayuda a los vecinos de las localidades como los barrios de San Lucas, Santiago, San Pedro y Guadalupe, que fueron los más afectados.
Alfonso Carriño Iturbe, encargado del albergue que se encuentra en la iglesia de San Lucas, mencionó que afortunadamente solamente han sido damnificados quienes se acercan a estos lugares, por lo que los alimentos les han rendido hasta el momento.
Son alrededor de cincuenta personas las que pernoctan, desayunan y cenan en este albergue donde por las noches se extienden las colchonetas para que los vecinos de los diversos barrios puedan pasar la noche en el lugar, mientras que por las mañanas, estas camas improvisadas se levantan para ocupar el mismo espacio como desayunador.
Aunque los vecinos argumentaron que el trato es bueno, la mayoría no se queda en el lugar durante el día pues comentan que regresan a sus hogares para verificar cómo va el proceso de limpieza y aprovechan para ver a sus familiares, quienes sí se encuentran a salvo de las inundaciones.
“Dormimos bien, ahorita ya nos dieron de desayunar y pues ya nos vamos, vamos primero a ver como esta nuestra casa, porque sí se nos echaron a perder los muebles y la estufa, y ya de ahí me paso con mi hija, tal vez en la noche ya me regrese para acá, o sino allá con mi hija nos quedamos”, explicó la señora Aurelia Peña Organista, damnificada del barrio de San Lucas.
Sin embargo, los barrios de San Lucas, Guadalupe y San Pedro, continúan con inundaciones de hasta 30 centímetros de profundidad, por lo que la llegada de los servicios de salud continúa siendo lenta, mientras unos se quejan y piden a gritos ser beneficiados, otras personas tratan de ser comprensivas con las autoridades respecto a la tardanza.
“Se comprende porque no somos los únicos, habemos muchas familias así que nos inundamos y pues no se nos puede dar a todos al mismo tiempo”.
El gobierno mexiquense informó que entre los apoyos que se han entregado se encuentran 5 mil botellas de agua, 2 mil 600 despensas, 2 mil pares de botas, mil 500 cobertores, mil 200 comidas, 870 paquetes de leche en polvo y 600 kits de limpieza, no obstante el pulso ciudadano es de que la ayuda ha resultado insuficiente.
Para tapar la fractura del río que causó la inundación, se colocaron 25 mil costales de arena en la parte de la fisura del río, y se han brindado 3 mil 421 pláticas de higiene y visitado mil 780 viviendas.
Por su parte, integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han brindado apoyo a 158 familias, evacuando a 476 personas y visitado 123 casas, no obstante en reportes preliminares se informó de hasta 700 casas afectadas en seis barrios.
Nota relacionada
