TOLUCA, México, 14 de Abril.- La organización Manos Amigas Unidas por la Discapacidad y la Integración Social (MAUDIS), que preside Mitzy Rebeca Colón Corona, organizó un recorrido por el centro de la ciudad de Toluca, en el que invitaron a personas «normales» a vivir lo que todos los días enfrentan personas con debilidad visual o quienes tienen que usar algún aditamento como sillas de ruedas, bastones o muletas, para demostrar que las grandes urbes no están pensadas para ellos y, por el contrario, «son cada vez más peligrosas».\r\nColón Corona afirmó que el mayor obstáculo al que se enfrentan es que ninguna ciudad está diseñada para las personas con discapacidad. «Anteriormente se nos escondía, por lo tanto los accesos no son suficientes, la pavimentación está en mal estado, los ambulantes son un gran obstáculo para las personas con deficiencia visual, ya que obstruyen las banquetas», subrayó.\r\nDijo que el 80 por ciento de la gente percíbele la información de manera visual, «por ello las personas que tenemos deficiencia visual corremos peligro, porque hasta los árboles que crecen torcidos, los tornillos que dejan cuando colocan los postes y muchas otras cosas más que nos impiden caminar con seguridad».\r\nConsideró que hace falta mucha cultura en la población para que se respete a las personas con discapacidad; por ello, invitó a personas que no tiene una discapacidad para que experimenten lo que ellos sienten al caminar o andar en silla de ruedas sobre las calles sin que nadie los ayude.\r\nEn su oportunidad, Ixchel Monares Zepeda, persona con discapacidad que utiliza silla de ruedas, señaló que «no es fácil andar en la calle con tantos obstáculos que se tienen, porque las banquetas están en mal estado, las rampas no son funcionales, así como los escalones.\r\nConvocó a la ciudadanía toluqueña a crear una conciencia y acrecentar el apoyo a las personas con discapacidad.\r\nFinalmente, dijo que el Centro Histórico de Toluca se ve muy bonito, pero las calles con adoquín maltratan mucho las sillas de ruedas. «Anteriormente me duraba alrededor de unos seis años mi silla, ahora solamente dura un año, es por ello que las personas que planean los cambios deben pensar en nosotros», dijo.