TOLUCA, México, 25 de Marzo.- El presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), Paulo Henrique Martins, explicó que América Latina es la única región del mundo donde se desarrolla el fenómeno de la decolonialidad; es decir, el surgimiento de movimientos sociales con los cuales se pretende que las naciones latinoamericanas busquen desprenderse completamente de sus países colonizadores y consigan una identidad colectiva.\r\nAl hablar en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México, el especialista agregó que la búsqueda de identidad de los países que conforman la zona Latinoamericana está relacionada con poseer un proyecto social, económico y ecológico, compartido con una conciencia trasnacional, continental y global.\r\nIndicó que América Latina tiene que proyectarse como un nuevo sistema compartido, con una deconstrucción del neoliberalismo como sistema económico, implementando instituciones autónomas nacionales que permitan el desarrollo de los países y eviten la dependencia; citó el caso de China, como un país capaz de lograr el cambio en su modelo económico.\r\nExplicó que tal vez no sea necesario unificar la moneda, como sucedió en la Unión Europea, pero sí reconstruir el entramado social, eliminar las desigualdades y problemas sociales, para proveer a los países latinoamericanos de desarrollo y otorgarle a las sociedades un «bien vivir». \r\nHenrique Martins consideró que para que un país sea desarrollado no tiene que adoptar modelos de otras naciones, ya que existen múltiples modelos de desarrollo; durante las últimas décadas, dijo, se pensó que hablar de desarrollo era la politización del sistema económico mundial, lo cual afectaba a los países periféricos. \r\nPor tanto, explicó, América Latina se ve favorecida en cuanto a los modelos económicos que contrastan entre países como Cuba, Venezuela, México, Argentina y Bolivia; sin duda, es posible lograr reconfigurar nuevas sinergias económicas y sociales que beneficien a la zona latinoamericana, con la finalidad de lograr su desarrollo social, político y por tanto, económico.\r\nEl logro del bien vivir, manifestó, es producto de la reconstrucción del «sistema mundo capitalista», mediante movimientos sociales antisistémicos que permiten el avance de la democratización entre países «desarrollados» y «subdesarrollados».