TOLUCA, México, 11 de Enero de 2009.- Germán Vargas Ayala, médico internista, advirtió que se debe estar alerta ante la presencia de síntomas como sensación de adormecimiento, calambres, hormigueo o ardor punzante en los dedos de las manos, pies o piernas, ya que podría tratarse de neuropatía diabética, que es un tipo de daño en los nervios causado por disminución del flujo sanguíneo y presencia de altos niveles de azúcar en la sangre (hiperglucemia).\r\nSe trata ?detalló– de una complicación frecuente de la diabetes que, de no ser diagnosticada y atendida a tiempo, puede evolucionar y hacer que el paciente pierda temporal o permanentemente la sensibilidad a la presión, temperatura o vibración, «lo cual es peligroso porque cualquier herida puede pasar desapercibida, hasta derivar en llagas, úlceras o infecciones que, en el peor de los casos, conlleven a la amputación de alguna extremidad», indicó.\r\nContrario a lo que se cree, la neuropatía diabética no es una afección tardía de la diabetes, pues suele aparecer en pacientes mal controlados; incluso, cinco años antes del diagnóstico. \r\n»Aunque este trastorno es silencioso y asintomático de inicio, el deterioro de los nervios y, por ende, la dificultad para transmitir mensajes al cerebro y a otras partes del cuerpo, se hará más evidente conforme avance la enfermedad», resaltó el especialista.\r\nLa hiperglucemia incrementa la producción de radicales libres de oxígeno, moléculas involucradas con el envejecimiento celular y, por tanto, con el daño a los vasos sanguíneos y sistema nervioso. «Esto ocasiona hasta atrofias musculares que pueden impedir al paciente caminar adecuadamente», recordó. \r\nSi bien no existe cura para la diabetes, Vargas Ayala indicó que la piedra angular en el manejo integral es evitar sus complicaciones, a través es un adecuado control de los niveles de glucosa en la sangre, realizar ejercicio y cambios en el estilo de vida del paciente. \r\nPara evitar un deterioro en los pies, el doctor Germán Ayala recomendó a las personas con diabetes mantenerlos siempre secos y limpios previniendo así la acumulación de bacterias y hongos; revisarlos a diario para detectar anormalidades o lesiones que pudieran complicarse; cortar siempre las uñas de forma recta para evitar que se encarnen; no caminar descalzo; en su lugar, usar zapatos flexibles y cómodos; no usar productos químicos o lociones antisépticas ante la presencia de callos, juanetes o heridas leves; usar medias o calcetines de algodón y sin elásticos para no dificultar la circulación; suavizar la piel aplicando una crema con ph 5.5 (ácido) o una loción a base de lanolina, particularmente en los talones. \r\nFinalmente, dijo, es fundamental monitorear constantemente los niveles de azúcar en sangre mediante un glucómetro libre de calibración, tomar sus medicamentos y acudir al médico con regularidad.