HUEHUETOCA, México, 6 de Agosto.- La Diócesis de Cuautitlán y el Gobierno del Estado de México, pusieron en operación la Casa del Migrante San Juan Diego, que atenderá diariamente por lo menos 300 indocumentados en su camino hacia Estados Unidos con hospedaje, alimentos, ropa y medicinas.\r\nEl subsecretario de Gobierno en el Valle de México, Zona Nororiente. Saulo Rubén Jiménez Leal, manifestó que este proyecto representa un avance, un primer paso en camino a la solución, y demuestra que «el gobernador Eruviel Ávila Villegas no sólo es un gran gobernante, sino que tiene vocación humanista y sensibilidad para atender los problemas sociales y respetar los derechos humanos».\r\nAcompañado de los presbíteros José Carmen Martínez Zurita y Samuel Macías Chávez, delegados episcopales de la Diócesis de Cuautitlán, así como del padre Juan Antonio Torres Tapia, administrador del nuevo albergue, y del alcalde Juan Manuel López Adán, el representante del gobierno mexiquense destacó que estas instalaciones dan salida al problema que se estaba gestando en Tultitlán, se atiende la petición vecinal y se desplaza a los migrantes a una zona en las afueras de Huehuetoca, entre los barrios de San Bartolo y San José.\r\n»En esta Casa del Migrante se cuenta con instalaciones de baños, regaderas, vigilancia, está cercado con malla ciclónica y se les proporciona alimentos, ropa y medicinas. Es un proyecto conjunto de los tres niveles de gobierno y la diócesis de Cuautitlán, que deja en claro que todas las instancias intervienen cuando se trata de un problema de sensibilidad y atención humanitaria», apuntó Jiménez Leal.\r\nExplicó que por este punto del Estado de México pasa el 90 por ciento de los migrantes que van rumbo a Laredo, en la frontera norte del país, y que los servicios que se proporcionan están mucho más allá de lo mínimo para retribuir en algo el sufrimiento de los migrantes.\r\nEl Subsecretario de Gobierno dijo que se va a atender un promedio diario de 300 personas que por ningún motivo permanecerán más de 24 horas en el albergue, y que tan sólo en el último mes pasaron más de 4 mil indocumentados por las instalaciones provisionales que prestaron servicio en Tultitlán.\r\nCabe señalar que en el momento de la conferencia de prensa, llegaron tres camionetas del Instituto Nacional de Migración (INM), a recoger a 30 migrantes que pernoctaron en el albergue y que solicitaron a las autoridades regresar a su país.\r\nPor su parte, el presbítero Samuel Macías Chávez, delegado episcopal de la Diócesis de Cuautitlán, leyó un comunicado en el que reconoció a las autoridades estatales, federales y municipales todo el apoyo brindado para atender a los indocumentados en sus necesidades básicas.\r\n»Valoramos en mucho su actitud de diálogo que brota de su sensibilidad por defender los derechos humanos de los migrantes, a la vez de salvaguardar el orden y las leyes de nuestra nación. Estamos dispuestos a dialogar, como siempre, con quienes deseen expresar su punto de vista, pero no podemos aceptar que quieran alterar la paz, ni nos sometemos al deseo de algunos de que la Diócesis de Cuautitlán deje de hacer el bien», aclaró el representante de la Iglesia.\r\nAfirmó que el obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, no sólo mantiene comunicación directa y permanente con las autoridades de los tres niveles de gobierno, sino también con Rafael Romo Muñoz, arzobispo de Tijuana y titular de la Dimensión de Movilidad Humana de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado Mexicano.\r\nPara la instalación de la Casa del Migrante San Juan Diego, se adquirió el terreno de una hectárea y el Gobierno del Estado de México apoyó y puso la infraestructura que consta de regaderas, baños, alimentos, medicinas, ropa, hospedaje por 24 horas y vigilancia para que los migrantes no se desplacen a la zona urbana de Huehuetoca.