TOLUCA, México, 30 de Sep.- El presidente del Centro Latinoamericano Salud y Mujer A.C, Juan Carlos Hinojosa Cruz, dio a conocer que en México seis de cada diez adolescentes no utiliza ningún método anticonceptivo durante su primer encuentro sexual. «La situación resulta alarmante ante la posibilidad de tener un embarazo no planificado, limitando así sus condiciones de vida, su salud materno infantil y sus oportunidades de desarrollo social», advirtió.\r\nCon una edad promedio de inicio de vida sexual a los 15.4 años entre las adolescentes, el número de embarazos no planeados en este grupo poblacional continua incrementándose, por lo que es fundamental redoblar esfuerzos para promover el ejercicio de una sexualidad protegida y responsable en la juventud a través del uso de métodos para prevenir el embarazo y las infecciones de Transmisión Sexual (ITS), y facilidad de acceso a los mismos.\r\nHinojosa Cruz señaló que la proporción de jóvenes sexualmente activas se incrementó al pasar de 11.9 por ciento en 1987 a 15.2 por ciento en 2009, 836 mil por ciento mujeres más, aproximadamente, de las cuales 4.5 queda embarazada y cuatro de cada diez refiere no haberlo planeado.\r\nMencionó que la necesidad insatisfecha de anticoncepción entre adolescentes afecta una de cada cuatro sexualmente activas, siendo 2.5 más alta que en población general. \r\nAsimismo, la tasa de hospitalización por causas maternas se ha elevado año con año entre adolescentes de 10 a 19 años de edad, representando el 26.6 por ciento de todas las hospitalizaciones por causas maternas en la Secretaría de Salud.\r\n»Cuando una adolescente se embaraza sin preverlo, su vida cambia drásticamente, ya que por lo general tiene que abandonar los estudios, pierde las redes de relaciones sociales; con frecuencia sufre rechazo familiar o el abandono de la pareja, además de que su condición socioeconómica es severamente afectada. Pero paradójicamente también es cierto que la baja escolaridad, la poca expectativa de desarrollo educativo o laboral, la marginación socio-económica, son determinantes sociales que favorecen el embarazo temprano, no deseado y no planeado, y que perpetúan el círculo de la pobreza», concluyó el especialista.